Niamey, NÍGER (Agencia Fides, 13/02/2019) - Han pasado más de cuatro meses desde el 17 de
septiembre cuando el padre Gigi Maccalli, sacerdote de la Sociedad para
las Misiones Africanas (SMA), fue secuestrado por Bomoanga. “Este
trágico evento alteró radicalmente la vida de toda la Iglesia en
Gourmantché, la zona más floreciente de la archidiócesis de Niamey en
términos del número de cristianos y catecúmenos”, explica a Fides el
padre Antonio Porcellato, Vicario General de la SMA que regresó
recientemente de Níger.
El Vicario explica: “Por razones de seguridad, nuestros tres misioneros
europeos de la SMA, -el padre Vito Girotto y los dos padres españoles,
Isidro y Pepe-, tuvieron que abandonar el área y no pueden regresar.
Otros dos, -el padre Dass, indio, y el padre Sylvestre, beninés-, son
parte de un equipo que sirve a las tres parroquias de Gourmantché en
Makalondi. Por desgracia, ahora el servicio está muy limitado porque los
vehículos solo pueden circular durante el día y solo en la carretera
asfaltada que va de Niamey a Burkina Faso. Por lo tanto, a muchas
comunidades rurales solo se puede llegar a pie o en bicicleta, lo que
dificulta los viajes. En la parroquia de Bomoanga ni siquiera se puede
acceder a pie a toda la parte que va a la frontera con Burkina debido al
riesgo de ataques”.
“En toda la zona se han suspendido las actividades y las iniciativas
pastorales y sociales de las parroquias, excepto las misas de los
domingos en los centros principales accesibles por automóvil. Es un
momento de prueba para todos en el que solo la fe y la perseverancia
sostienen a las comunidades de las aldeas, que deben avanzar sin la
ayuda de sacerdotes y misioneros”, asegura el sacerdote.
“Los diez hermanos con los que compartí mi experiencia en Níger están
convencidos de que su lugar está aquí, en esta sociedad en gran parte
musulmana, y han reafirmado su deseo de colaborar con el arzobispo de
Niamey monseñor Laurent Lompo y los demás operadores pastorales de la
diócesis. En un contexto tan delicado creo que es importante hacer que
todos nuestros sacerdotes y el obispo sientan la cercanía de toda la
congregación de la SMA. Todos conservamos la esperanza de volver a ver
pronto al padre Maccalli”.