Kampala, UGANDA (Agencia Fides 17/11/2021) - "En Kampala la situación es muy tensa, se ha pedido a los residentes que eviten el centro de la ciudad y se queden en casa si es posible. Las fuerzas de seguridad intentan recuperar el control de la situación, pero se está extendiendo el temor de que se eleve el nivel de enfrentamiento y se desate un baño de sangre. Por el momento (en la tarde del 16 de noviembre) hay 33 heridos y 3 muertos (entre ellos dos atacantes que se inmolaron en dos motos, ed); algunos de los heridos, cinco según las últimas estimaciones, están en estado crítico". Así lo dice hablando con la Agencia Fides desde la capital de Uganda la hermana Lilly Driciru, de las Hermanas Misioneras de María Madre de la Iglesia, directora de la Conferencia de Personas Consagradas en Uganda. El país se ha visto sacudido por una ola de violencia que ha golpeado los lugares simbólicos de las instituciones políticas y de la seguridad con dos atentados.
La hermana Lilly continúa: "Las explosiones tuvieron lugar en la mañana
del 16 de noviembre cerca de la comisaría y del parlamento. La gente
tiene esperanzas en las fuerzas de seguridad y en su capacidad para
controlar pronto la situación. Hace quince días, la policía interceptó y
desactivó 47 bombas y evitó daños incalculables, pero al mismo tiempo
los ciudadanos se preguntan qué está pasando y cómo es posible que se
produzca un atentado tan grave justo delante de la policía y frente al
Parlamento. El miedo se está extendiendo rápidamente. Además, Uganda
acababa de salir de un periodo de bloqueo debido a Covid, que había
provocado una grave depresión económica y muchas dificultades entre la
población. Por lo tanto, en este momento, los ugandeses son
especialmente vulnerables, y están desesperados por la pérdida de
empleos y la pobreza generalizada. Por lo que un acontecimiento así
aumenta el nivel de ansiedad. Afortunadamente, somos un país cristiano y
la gente sigue teniendo esperanza y fe, lo que nos da fuerzas para
seguir adelante”.
El doble atentado se produce menos de un mes después de otros dos
atentados: el 23 de octubre, una primera explosión en un autobús en las
afueras de Kampala hirió a muchos pasajeros, mientras que otra explosión
en un club de la capital mató a una mujer. En ese caso, los actos
terroristas fueron reivindicados por las "Fuerzas Democráticas Aliadas"
(ADF), un grupo terrorista ugandés vinculado al Isis (Estado Islámico),
acusado de matar a miles de personas en las regiones orientales de la
República Democrática del Congo. En cuanto a los actos de violencia de
ayer, la pista principal conduce a los terroristas de las "Fuerzas
Democráticas Aliadas", que han hecho pública una primera reivindicación
de estos actos.
La religiosa concluye: "El motivo de los atentados sigue siendo
completamente oscuro y las investigaciones tratarán de arrojar luz sobre
los responsables y los que lo llevaron a cabo. Sin embargo, el hecho de
que haya tenido lugar en el centro de la ciudad, mientras había mucha
gente y en un momento en el que la población se esforzaba por volver a
la vida normal, es muy molesto para todos. Hoy, la fe y la oración son
un refugio seguro para nosotros”.