La Habana, CUBA (Agencia Fides, 12/11/2021) – Ante el clima de tensión y confrontación que
se ha ido incrementando en los últimos tiempos, los obispos cubanos
expresan algunas “consideraciones que brotan de nuestros corazones de
cubanos y pastores del Pueblo de Dios”. En su mensaje al finalizar la
Asamblea plenaria de la Conferencia episcopal cubana, los obispos en
primer lugar reiteran: “Toda persona merece estima y reconocimiento de
su dignidad, por su condición de ser humano e hijo de Dios, por ser
ciudadano libre, sujeto de derechos y deberes. En consecuencia, todo
cubano debería poder expresar y compartir libremente y con respeto, sus
opiniones personales, su pensamiento o sus convicciones, incluso cuando
disienta de la mayoría”.
Por ello, consideran que “cualquier acto de violencia entre nosotros, ya
sea física, verbal o psicológica, hiere gravemente el alma de la nación
cubana y contribuye todavía más al pesar, al sufrimiento y a la
tristeza de nuestras familias”. De este modo no se puede construir un
futuro de esperanza, y además, “la violencia contradice la voluntad de
Dios”.
En su mensaje también afirman que “urge, cada vez más, la implicación de
los cubanos en un proyecto de nación que involucre y motive a todos;
que tenga en cuenta las diferencias, sin exclusiones ni marginaciones”.
Además, consideran necesario “implementar mecanismos donde, sin temor a
intimidación y represalias, toda persona pueda ser escuchada y se
encaucen las insatisfacciones ante las duras realidades cotidianas que
agobian a tantos, especialmente a los más empobrecidos y vulnerables”.
Por lo que insisten: “Es imprescindible la implementación de los cambios
necesarios, tan largamente deseados, que favorezcan una vida digna y
feliz para todos los hijos, aquí, en esta tierra nuestra”.
Por último, piden un gesto de indulgencia para los que aún permanecen
detenidos por los acontecimientos del pasado verano (véase Fides
19/7/2021) y exhortan a todos a no escatimar esfuerzos “para que se
allanen los caminos del entendimiento, la reconciliación y la paz”; de
tal modo que se puedan encontrar soluciones a los problemas.
Del 8 al 11 de noviembre, los Obispos Católicos de Cuba han tenido su
158 Asamblea Plenaria, durante la cual se han elegido a los miembros de
la Presidencia y del Comité Permanente de la Conferencia Episcopal, así
como a algunas Comisiones. Presidente: Mons. Emilio Aranguren
Echeverría, Obispo de Holguín. Vice-Presidente: Mons. Arturo González
Amador, Obispo de Santa Clara. Secretario General: Mons. Juan de Dios
Hernández Ruiz s.j., Obispo de Pinar del Río.
Los Obispos han intercambiado ideas y experiencias con la Directora en
salida de Cáritas Cuba y la nueva en entrada, compartiendo vivencias y
testimonios sobre el trabajo de Cáritas durante el período de la
Pandemia y la proyección presente y futura de la misma. Entre los temas
que los Obispos han tratado con especial interés, además del análisis de
la situación social, se encuentran el proceso sinodal en las diócesis,
la eventual renovación y/o actualización de la estructura del
Departamento de Coordinación Pastoral, la participación de la Iglesia
Cubana en la Asamblea Eclesial Continental, el estado actual del
Ecumenismo en Cuba y una primera redacción del anteproyecto del Código
de familias.