Almaty, KAZAJISTÁN (Agencia Fides 12/11/2021) - "Agradecemos al gobierno de Kazajstán que haya invitado al Papa Francisco al próximo Congreso de líderes de las religiones mundiales y tradicionales. Todavía no sabemos si el Pontífice podrá asistir, pero la mera posibilidad nos llena de entusiasmo: veinte años después de la visita de Juan Pablo II a Kazajstán, estaríamos dispuestos a acoger al Papa y mostrarle la belleza de la comunidad católica de este país. Las condiciones para que esto ocurra son buenas: en primer lugar, hay una gran cercanía entre los valores del diálogo promovidos por Francisco y por el Congreso. También sabemos lo atento que está el Santo Padre con las Iglesias de la periferia, como la nuestra". Así lo ha declarado a la Agencia Fides Mons. José Luis Mumbiela Sierra, Obispo de la Santísima Trinidad de Almaty y presidente de la Conferencia Episcopal de Kazajistán.
El 6 de noviembre, durante una audiencia con el Papa Francisco en el
Vaticano, el Presidente del Senado de Kazajistán, Maulen Ashimbayev,
invitó al Papa Francisco a participar en el próximo Congreso de Líderes
de Religiones Mundiales y Tradicionales, que se celebrará en Nursultán
en octubre de 2022. El Presidente del Senado agradeció a la Santa Sede
el apoyo que ya ha mostrado a la iniciativa en años anteriores. El Papa
Francisco, según dijo el propio Ashimbayev al margen de la audiencia,
subrayó la importancia de esta iniciativa y señaló el papel fundamental
de Kazajstán en la promoción del diálogo interreligioso en Asia y en el
mundo.
El Primer Congreso de Religiones Tradicionales Mundiales y Nacionales
fue convocado por el ex presidente Nazarbayev en Astana los días 23 y 24
de septiembre de 2003. En esta ocasión, delegados enviados por 17
organizaciones e instituciones religiosas y confesionales de todo el
mundo se reunieron con el objetivo de relanzar los temas del diálogo y
la libertad religiosa desde el corazón de Asia Central, una zona cercana
al epicentro de los conflictos étnico-religiosos que siguieron al 11 de
septiembre de 2001.
Este Congreso, desde las declaraciones del programa de los
organizadores, tuvo como modelo la "Jornada de Oración por la Paz" en el
mundo convocada en Asís por Juan Pablo II el 24 de enero de 2002, para
reafirmar la contribución positiva de las diferentes tradiciones
religiosas al diálogo y la armonía entre los pueblos y las naciones.
El objetivo del próximo Congreso es debatir el papel de los líderes de
las religiones mundiales y tradicionales en el desarrollo social y
espiritual de la humanidad en el periodo post-pandémico. Según Maulen
Ashimbaev, los líderes religiosos pueden contribuir de forma decisiva a
comprender las lecciones de la pandemia y a combatir sus consecuencias.