viernes, 1 de febrero de 2019

“Ahora estamos trabajando para un nuevo Congo”, dice uno de los miembros del comité laico

Kinshasa, REPÚBLICA DEMOCRÁTICA DEL CONGO (Agencia Fides, 31/01/2019) – “Debemos tener instituciones fuertes, no hombres fuertes”, dice el profesor Thierry Nlandu, uno de los miembros del Comité Laico de Coordinación (CLC), una organización de laicos católicos que ha liderado la movilización de la población en los últimos dos años para obligar al ex presidente Joseph Kabila a renunciar a un tercer mandato. Las manifestaciones promovidas por el CLC han sido violentamente reprimidas mientras que varios opositores han sido procesados por las fuerzas de seguridad. Desde finales de 2017, a causa de su activismo, el profesor Nlandu, como otros miembros del CLC, se vio obligado a esconderse y a vivir en la clandestinidad. Ahora, después de la elección de Félix-Antoine Tshisekedi Tshilombo el 30 de diciembre de 2018, los miembros del CLC han recuperado la plena libertad de movimiento. El profesor Nlandu cuenta a Fides su experiencia.

Hoy hay un nuevo presidente en la República Democrática del Congo y el país es libre. ¿Podemos decir que cumplió con su misión?

“En el contexto de África Central, donde la mayoría de los presidentes han cambiado la Constitución para intentar obtener un nuevo mandato, el hecho de que nuestra Constitución haya sido respetada es algo nuevo. El pueblo congoleño se movilizó para decir que no y logró ganar. Si bien su transparencia y credibilidad son cuestionables, las elecciones se llevaron a cabo, y esto demuestra que la gente ha derrotado a la dictadura. Es fabuloso y también es un mensaje para el Presidente entrante. Realmente debe ser el garante de la Constitución. La gente no le permitirá gobernar por más de dos mandatos porque la Constitución no lo establece”.

¿Qué conclusiones extrae de esta experiencia?

“En primer lugar, me doy cuenta de que las personas han comprendido que deben pasar al activismo. Todo lo que les sucede solo pasa porque se acepta. Ahora la gente se ha dado cuenta de esto. Si continuamos de esta forma podremos hacer llegar nuestras demandas a los líderes y ellos podrán cambiar la forma de gestionarlas. Porque el deseo de todos es contar con instituciones fuertes, no con hombres fuertes. Si conseguimos esto, lograremos establecer la democracia en nuestro país. También he descubierto un laicado que emerge y toma la iniciativa. Pero ante un laicado similar que plantea la cuestión del buen gobierno a nivel de los asuntos públicos, debemos esperar que los laicos planteen también cuestiones dentro de la Iglesia”.

Finalmente, un comentario para las víctimas de las manifestaciones organizadas por el CLC ...

“No hay palabras que definan el sufrimiento de las personas que perdieron a sus seres queridos. Especialmente en el contexto de nuestro país, donde a veces la esperanza de una familia entera está en un joven estudiante y perderlo es una tragedia que las palabras no pueden remediar. El único pensamiento, como cristiano, es encontrar consuelo en la oración y continuar creyendo que Dios nos ama”.