Jartum, SUDÁN (Agencia Fides, 31/01/2019) - En las últimas semanas, el servicio de
seguridad sudanés ha suspendido los permisos de trabajo de los
corresponsales extranjeros que informan sobre las protestas actuales
contra el presidente Omar Al Bashir y sobre la crisis económica en
Sudán. El periódico El Jareeda fue secuestrado por novena vez
consecutiva, El Midan por séptima vez, junto con El Tayyar y El Baath.
Según una nota enviada a la Agencia Fides, los periodistas informaron de
“un endurecimiento del Servicio de Seguridad, el NISS, contra los
órganos de prensa. Está prohibida la publicación de cualquier material
relacionado con las manifestaciones y la violencia de las fuerzas de
seguridad contra los manifestantes”. Si se permite, sin embargo, la
publicación de artículos relacionados con presuntos delitos cometidos
por los manifestantes.
Las restricciones se refieren a las agencias de prensa sudanesas y
extranjeras, incluidas los canales de televisión Al Jazeera y El Arabiya
en Jartum, así como hacia los corresponsales de la agencia de noticias
turca Anadolu. Los corresponsales de estas agencias han sido convocados y
obligados a entregar sus acreditaciones y sus permisos de trabajo han
sido suspendidos por tiempo indefinido. Según las informaciones, las
autoridades sudanesas no estaban satisfechas con la cobertura mediática
de los canales de televisión sudaneses e internacionales sobre el más de
un mes de levantamiento, que comenzó el 19 de diciembre de 2018, contra
el régimen en la capital y en otras ciudades. A principios de enero, el
ministro de información sudanés acusó a varios canales de televisión de
“haber inventado escenas surrealistas en protestas en Sudán”.
En un comunicado de la organización internacional Reporteros sin
Fronteras (RSF), se resumen todas las violaciones contra la libertad de
prensa registradas en el último mes. El informe habla de 66 periodistas
arrestados, seis casos de acreditaciones retiradas a corresponsales de
medios extranjeros y 34 periódicos incautados.
La comunidad internacional, el Alto Comisionado de Naciones Unidas para
los Derechos Humanos y el Parlamento Europeo condenaron la violenta
represión de las autoridades sudanesas contra las protestas y la
censura, así como las detenciones de periodistas.