Durante el encuentro, que duró más de media hora en la biblioteca privada del Palacio Apostólico, la delegación agradeció al Papa -definido por uno de los delegados como "padre de los pobres"- su apoyo a los yazidíes en este tiempo de persecución y sufrimiento. Asimismo informaron al Pontífice sobre la situación de las casi cinco mil mujeres yazidíes esclavizadas por ISIS, y destacaron las buenas relaciones entre los yazidíes y los cristianos, y su mutua solidaridad. FRANCISCO aseguró a los delegados su cercanía espiritual y su apoyo en este tiempo de prueba, y el deseo de que se restablezcan pronto la justicia y las condiciones que hagan posible la vida libre y pacífica de los yazidíes y de todas las minorías que son objeto de discriminación y violencia.
Los yazidíes en el mundo son alrededor de un millón y medio, de los cuales casi medio millón se encuentran en Irak, otros viven en Turquía, Georgia, Armenia y en la diáspora en muchos otros países.