Arecibo, PUERTO RICO (Agencia Fides, 15/02/2019) - La Iglesia en Puerto Rico se está preparando
para el Mes Misionero Extraordinario de octubre con un Año Misionero
Extraordinario que comenzó hace un mes, el 13 de enero, la fiesta del
Bautismo del Señor. El director nacional de las Obras Misionales
Pontificias, mons. Daniel Fernández Torres, obispo de Arecibo, afirmó en
una conversación con la Agencia Fides: "Ya desde su proclamación, el
decreto que impulsó el inicio del Año Extraordinario se celebró en toda
la isla con la renovación de las promesas bautismales. El primer paso
fue, pues, profundizar la llamada a la conversión a partir de la
identidad de los bautizados. Bautizados y enviados: La Iglesia de Cristo
en Misión en el Mundo es el tema del Mes Extraordinario anunciado por
el papa Francisco para octubre de 2019. Y para lograr el primer objetivo
-la conversión misionera- trataremos de que el pueblo se acerque a la
santidad, a través del encuentro con Jesús resucitado
vivo".
Respecto a la misión, el director de las OMP dijo: "es una respuesta de
amor que nace de un auténtico encuentro con el amor de Cristo. Este
encuentro personal y vivo es, pues, ‘fundamental’ y conduce a la fe,
pero, es siempre Jesús quien viene a buscarnos y los ejemplos de
santidad en la vida cotidiana nos arrastran" hacia Él.
Una segunda expectativa para el Año Misionero es "una mayor conciencia
de los frutos del bautismo y de la infusión del Espíritu Santo para que
cada bautizado se sienta guiado, junto con su comunidad, a llevar la
Buena Nueva a todos los suburbios. Los laicos están llamados a hacer
presente a Jesús en el mundo, en la vida cotidiana, saliendo sin miedo a
llevar nuestra fe a las calles, al centro comercial, a la escuela, a
los parques, al deporte, al trabajo, al hospital, a la cultura, donde
todavía no ha llegado el anuncio. El objetivo es transformar las
realidades temporales según los valores del Reino. Por su presencia en
la Iglesia y en el mundo, el papel de los laicos en la animación del Año
Extraordinario es crucial en todos los ámbitos", señaló el obispo de
Arecibo.
Para impulsar la misión, destaca el obispo, es necesario "acercarse a
Dios a través de los sacramentos, en la búsqueda de la santidad como
meta de nuestra vida, y profundizar en el contenido de la fe, pues no se
puede amar lo desconocido". Asimismo, el director de las OMP identificó
la violencia "arraigada en el corazón humano y en las heridas de la
desintegración de la familia" como el mayor desafío para la misión en
Puerto Rico.
"Sólo podemos cambiar la sociedad si convertimos nuestros corazones"
sostuvo, recordando la figura de la madre puertorriqueña Dominga Guzmán,
"apóstol de la familia, en proceso de beatificación. Evangelizar a la
familia es, por tanto, una ‘urgencia misionera’. Las madres cristianas,
los valientes laicos que testimonian la verdad en los diversos ámbitos
de la sociedad y dan ejemplos de santidad cotidiana, son signos
concretos de esperanza para la misión". Puerto Rico será la sede del
próximo Congreso Misionero Americano en 2023.