Bagdad, IRAK (Agencia Fides) - La final del "Torneo Papa Francisco", el evento
deportivo que ha visto enfrentarse a 12 equipos, representando a las
comunidades eclesiales locales armenia, caldea, siria, latina y copta,
ha terminado con penaltis. Al final, el equipo de la Catedral Caldea de
San José se ha impuesto al de la Iglesia Latina de San José en la tanda
de penaltis. La final, disputada el jueves 4 de noviembre ante un gran
número de aficionados y retransmitida en directo por la televisión
iraquí, ha contado también con la presencia del patriarca caldeo Louis
Raphael Sako y de varios obispos iraquíes, que al final del partido han
repartido premios a los miembros del equipo ganador y premios
individuales al mejor jugador, al mejor portero y al máximo goleador del
torneo.
La competición deportiva ha sido organizada por el Comité Católico de la
Juventud, dirigido por Mar Basel Salim Yaldo, obispo auxiliar caldeo de
Bagdad. En un país y una ciudad que lleva décadas lidiando con las
emergencias (incluida la pandemia), la violencia y las tensiones
sociales y políticas que dificultan la vida cotidiana de gran parte del
pueblo iraquí, el torneo de fútbol entre los equipos parroquiales de
Bagdad ha sido organizado y vivido como un momento de convivencia
fraternal, un signo y una esperanza de un posible retorno a una vida
cotidiana sin distorsiones de los venenos del sectarismo.
El torneo de fútbol lleva el nombre del Papa Francisco, en recuerdo de
la visita que realizó a Irak el actual Sucesor de Pedro en marzo de
2020. En la tarde del domingo 31 de octubre, durante la liturgia
eucarística presidida por él en la catedral caldea de San José de
Bagdad, el cardenal y patriarca Sako se detuvo precisamente en la
profesión de fe del apóstol Pedro relatada en el Evangelio de Lucas
("Entonces preguntó: 'Pero, ¿quién decís que soy yo? Pedro, tomando la
palabra, respondió: 'El Cristo de Dios'"Lc 9, 20). La fe de la Iglesia",
comentó el Patriarca Sako, "es la fe de Pedro", y la Iglesia misma nace
y crece sólo como "fruto de la experiencia de la fe de Pedro, de los
Apóstoles y de los cristianos", experimentada "en el misterio de Dios y
de Cristo".