El Ministro Federal de Asuntos Religiosos de Pakistán ha prohibido en las últimas semanas la tradición de la dote en Pakistán, dictaminando que es ilegal que el hombre o su familia pidan una dote a la familia de la novia. Pakistán se convierte en el primer país islámico del mundo en prohibir la tradición de la dote a la que estaban obligados todos los ciudadanos independientemente de su confesión religiosa.
El obispo Samson Shukardin OFM explica: “Para mí siempre es triste enterarme de que un matrimonio se pospone o cancela debido a la falta de dote. Siempre hemos animado a las familias a abandonar estas viejas tradiciones porque la vida se ha vuelto muy cara y hay que pensar en las necesidades diarias. Además, la riqueza material ciertamente no es el aspecto central del matrimonio, que es la unión sagrada de un hombre y una mujer”.
El obispo destaca que la reciente medida “será buena para las personas que viven por debajo del umbral de la pobreza, las familias de clase media y las que se ven obligadas a retrasar el matrimonio de su hija por motivos de dote”. Monseñor Shukardin recomienda que el Ministerio Federal de Asuntos Religiosos “legisle y aplique adecuadamente la ley según la cual ninguna mujer sea sometida a violencia por no haber aportado una dote suficiente”.
Mario Rodrigues, párroco de la parroquia de St. Judah en Karachi, hablando con Fides, observa: “Se quita un peso de los hombros de los pobres. Siempre he pensado que la práctica de la dote era una maldición para nuestra sociedad moderna porque las familias, para llegar a la cantidad necesaria, se endeudan y quedan ahogadas por estas deudas de por vida”. El padre Rodrigues también señala: “Otro problema relacionado con la dote es el de la ostentación y el materialismo. Ahora pensaremos en los aspectos esenciales del matrimonio, a saber, el Sacramento, la unión de los esposos, la relación con Dios y el deseo de formar una familia santa”.