Bogotá, COLOMBA (Agencia Fides) – La Iglesia colombiana ha convocado una jornada
de oración para hoy, viernes 7 de mayo, con el fin de "pedir la
reconciliación del pueblo colombiano, justicia y solidaridad fraterna". A
esta jornada se sumará la Iglesia latinoamericana, tal como lo expresó
el CELAM y varias Conferencias Episcopales Latinoamericanas. "Hacemos
nuestro el dolor del pueblo colombiano, que tantos esfuerzos ha
realizado para lograr la reconciliación y la paz nacional", escribieron
los obispos del CELAM y de los países latinoamericanos, recordando las
palabras del Papa Francisco durante su visita a Colombia en 2017:
"Cualquier violencia contra un ser humano es una herida en la carne de
la humanidad".
“Rechazamos resueltamente, sea cual sea su origen, las violaciones a los
derechos humanos, los actos vandálicos, los bloqueos a la movilidad y
el abastecimiento de alimentos, la desaparición de personas, los
atentados a la integridad física de cualquier persona, los daños
ocasionados a la propiedad pública y privada”: así es cómo se expresó la
Conferencia Episcopal Colombiana sobre lo sucedido en los últimos días
en el país. El Episcopado reitera que "la violencia, el vandalismo, los
atentados, el abuso de la fuerza y el caos social no resuelven nada,
solo conducen al sufrimiento y la muerte, especialmente a los más
pobres, además de deslegitimar y cuestionar cualquier protesta social".
En este contexto, los obispos han lanzado un fuerte llamamiento para
detener de inmediato estos actos de violencia y muerte: "Es hora de
emprender juntos la tarea de generar un modelo de desarrollo humano
global".
Ante la "espiral de violencia y el círculo de muerte que se impulsa",
escribe el CELAM en una carta enviada a la CEC, también enviada a la
Agencia Fides, hay que reconocer que la mayoría de los ciudadanos han
hecho uso de la protesta pacífica como "alternativa válida para obtener
una respuesta a las necesidades y demandas sociales ". "Si un pueblo
protesta y toma las calles en medio de una pandemia, significa que su
gobierno es más peligroso que un virus": esta consigna resume el
pensamiento de millones de colombianos en los últimos días.
El 28 de abril se iniciaron fuertes movilizaciones contra el proyecto de
reforma tributaria presentado por el gobierno de Iván Duque.
Movilizaciones que se han extendido rápidamente por todo el país, con
manifestaciones masivas, huelgas y enfrentamientos violentos. Bogotá y
Cali siguen siendo escenarios de las protestas, a las que el gobierno ha
respondido con extrema dureza: al menos 24 muertos, según la Defensoría
del Pueblo de Colombia. Ochenta y nueve personas desaparecieron y más
de 800 resultaron heridas. La violencia y brutalidad también han sido
condenadas por la ONU, la UE y numerosas organizaciones no
gubernamentales, que denuncian el uso desproporcionado de la fuerza por
parte de la policía y el ejército colombianos. El
ministro de Defensa, Diego Molano, justificó su modo de actuar porque
la militarización de las ciudades sirve para enfrentar lo que llamó las
"organizaciones criminales" que orquestan los disturbios.