Maputo, MOZAMBIQUE (Agencia Fides 05/05/2021) - Continúa el éxodo de los habitantes de Pemba, la ciudad del norte de Mozambique atacada el 24 de marzo por un grupo yihadista que dice estar afiliado al ISIS.
Según la OIM (Organización Internacional para los Migrantes) el número
de desplazados de Pemba ha aumentado en una semana de 30.000 a 36.000
personas, contradiciendo las tranquilizadoras declaraciones de las
autoridades que han afirmado que “la situación está bajo control”. En
cambio, la afluencia de desplazados es constante y se agrava día a día,
según los funcionarios locales de la OIM. Muchos refugiados huyen por
tierra o a pie, otros por mar en embarcaciones improvisadas.
Los escasos testimonios procedentes de Pemba hablan de tiroteos
nocturnos que impiden el descanso de la población, y que son en realidad
una verdadera tortura psicológica, y de incendios de casas, no se sabe
si cometidos por los rebeldes, los militares o ambos.
El sufrimiento de la población de la provincia de Cabo Delgado, en el norte de Mozambique, ha llevado a los obispos del sur de África a instar al gobierno de Maputo a pedir la ayuda de la comunidad internacional para resolver la crisis. En un comunicado enviado a la Agencia Fides, el Comité Permanente de la Reunión Interregional de los Obispos de África Austral (IMBISA) pide “al gobierno de Mozambique que no escatime esfuerzos para implicar a la comunidad internacional con el fin de hacer frente a la violencia en Cabo Delgado, que lamentablemente ha provocado la pérdida de vidas humanas y de medios de subsistencia”.
Refiriéndose al asalto a la ciudad de Palma, los obispos de África
Austral dicen estar preocupados por “el desplazamiento de más de medio
millón de ciudadanos en la provincia de Cabo Delgado”, que ha supuesto
que muchos residentes ya no puedan disfrutar de una vida normal en la
que puedan criar a sus hijos en paz y tranquilidad. Incluso los
ancianos, que han pasado muchos años allí, han sido desarraigados y
obligados a huir. Esto significa que no pueden disfrutar de la belleza
de la vejez que les permite mantener su relación con la tierra en la que
crecieron”.
La IMBISA reúne a los obispos de Angola, Botsuana, ESwatini, Lesoto,
Mozambique, Namibia, Santo Tomé y Príncipe, Sudáfrica y Zimbabue.