San Cristóbal, MÉXICO (Agencia Fides, 07/07/2021) – “Con dolor hemos sabido del asesinato de
nuestro hermano Simón Pedro Pérez López, indígena tzozil, catequista de
la parroquia de Santa Catarina, en Pantelho, diócesis de San Cristóbal
de las Casas, quien era presidente de la organización cívica Abejas de
Acteal, cuyos miembros han emprendido una lucha pacífica en busca de
justicia”.
Así comienza el comunicado de la Diócesis de San Cristóbal de las Casas,
en el estado de Chiapas, firmado por el obispo, mons. Rodrigo Aguilar
Martínez, por el obispo auxiliar, mons. Luis Manuel Alfaro López, por el
Canciller y por el Vicario de “Justicia y Paz”.
En el texto, recibido en la Agencia Fides, que lleva la fecha del 6 de
julio de 2021, se recuerda: “En el contexto de la espiral de violencia
que se vive en Chiapas, sumado al dolor de los pueblos tsotsil, tzeltal,
Ch’ ol, Totic y Tojolabal, son una herida abierta para la diócesis,
multiplicada por los abusos, injusticia e impunidad, desplazamientos
forzados, asesinatos, homicidios políticos, robo de tierras y vehículos.
Nuestra memoria nos recuerda los acontecimientos que tuvieron lugar
antes de la masacre de Acteal, que luchamos por olvidar”.
La diócesis señala que “varios habitantes del municipio de Pantelhó han
denunciado que desde hace varios años vienen sufriendo las amenazas de
personas de la autoridad municipal que conspiran con el crimen
organizado en la cabecera municipal y diferentes comunidades de
Pantelhó. Así como asesinatos de personas que han quedado sin que se
aplique justicia”. A continuación, recuerda el asesinato de cuatro
personas pertenecientes a un partido político el 13 de marzo de 2021 y
señala que “después de las elecciones del 6 de junio se ha incrementado
la violencia y los asesinatos en ese municipio”.
Tras citar los análisis del continente latinoamericano y de las
dinámicas que generan opresión, terror y muerte, el texto denuncia:
“Como diócesis, de varios modos hemos advertido a las autoridades de
dichas situaciones y nos hemos hecho portavoces de todas estas denuncias
y sufrimientos, pero parece que hay intereses obscuros que generan
omisión a las denuncias, se minimiza, se atiende con dádivas y programas
que no responden a la situación de fondo. Volvemos a ver en Chiapas la
reactivación de las fuerzas que se multaron de paramilitares al crimen
organizado, aliados al narco gobierno que han invadido nuestro estado
para controlar la resistencia a los pueblos organizados que defienden su
autonomía”.
Esta situación, continúa el texto de la diócesis, nos urge a pedir a las autoridades gubernamentales que impidan que se repitan hechos similares; que protejan a la población, en particular a quienes defienden los derechos humanos; que informen sobre los avances de los casos que hasta ahora han quedado impunes. A continuación, lanzan un llamamiento a los autores “intelectuales y materiales” de los actos que causan el terror, la crueldad y la muerte, para que se arrepientan y cambien sus actitudes según el plan de Dios.
“Que la sangre de Simón Pedro Pérez y de todas las personas asesinadas –
concluyen -, sean semilla para la liberación de niños y niñas indígenas
que sufren marginación, persecución y desplazamiento. La sangre clama
paz, la sangre clama justicia pero nunca clama venganza”.