Roma, ITALIA (Agencia Fides, 10/07/2021) - Las tragedias que siguen ocurriendo en el
Mediterráneo y a lo largo de las distintas rutas marítimas y terrestres
sacuden las conciencias y nos piden que miremos con lucidez el fenómeno
de la migración. “El Mediterráneo se ha convertido en el mayor
cementerio de Europa”, dijo el Papa Francisco en el Ángelus del 13 de
junio, y añadió el domingo siguiente (20 de junio): “Abramos nuestro
corazón a los refugiados; hagamos nuestras sus tristezas y sus alegrías;
¡aprendamos de su valiente resiliencia!”
Según la Organización Mundial de las Migraciones (OIM), en los cinco
primeros meses del año han muerto 632 personas en el Mediterráneo
central (un 200% más que el año pasado), de las cuales 173 están
comprobadas y 459 desaparecidas. Son más de cuatro al día, a los que
desgraciadamente hay que añadir las víctimas de los últimos trágicos
naufragios, de las otras rutas marítimas, incluida la de las Islas
Canarias, que ha tenido una tremenda escalada en el último año, y los
muchos hermanos y hermanas que murieron a lo largo del desierto del
Sahara, en Libia o en los Balcanes.
Ante este drama, la Presidencia de la Conferencia Episcopal Italiana
(CEI) invita a las comunidades eclesiales a no olvidar a quienes
perdieron la vida mientras intentaban llegar a las costas italianas y
europeas. Como signo concreto, propone que en todas las parroquias, el
domingo 11 de julio, con motivo de la fiesta de San Benito, Patrón de
Europa, se lea la siguiente “oración de los fieles”:
Por todos los migrantes y, en particular, por los que entre ellos han
perdido la vida en el mar, marineros en busca de un futuro de esperanza.
Que tu rostro brille para ellos, oh Padre, más allá de nuestras
filiaciones humanas, y que tu bendición los acompañe a todos en medio de
las olas de la existencia terrenal hacia el puerto de tu Reino. A los
corazones de sus familias, que nunca sabrán con certeza lo que ha
sucedido a sus seres queridos, que Dios les susurre palabras de consuelo
y de alivio. Que el Espíritu Santo sople sobre las aguas, para que sean
fuente de vida y no lugar de sepultura, y que ilumine las mentes de los
gobernantes para que, mediante leyes justas y solidarias, el Mare
Nostrum, por intercesión de San Benito, patrón de Europa, sea un puente
entre las orillas de la tierra, un océano de paz, un arco de hermandad
de pueblos y culturas. Oremos.
Será una forma de recordar y exhortar a cada cristiano a ser, a ejemplo
del Patron de Europa, un mensajero de la paz y un maestro de la
civilización.
La hermana Neusa de Fátima Mariano, superiora general de las Hermanas Misioneras de San Carlos Borromeo/Escalabrinianas, que desde su fundación están comprometidas con el mundo de la emigración, comenta a la Agencia Fides la iniciativa: “Acogemos con satisfacción la iniciativa de oración promovida por el CEI por los emigrantes que han perdido la vida en el mar. Como dijo el Papa Francisco, el Mediterráneo se ha convertido en el mayor cementerio de Europa. Ha sido el mar del encuentro de culturas y debe volver a esta misión milenaria suya. Hoy podemos apoyarlo con una política de paz, de integración, de fraternidad. La Congregación de las Hermanas Misioneras de San Carlos Borromeo/Scalabrinianos rezarán en comunión con toda la Iglesia italiana para que Dios bendiga y acompañe a todas las víctimas de una existencia terrenal hecha de muros y odio. Rezar por ellos significa también encontrar en los migrantes el rostro de un Jesucristo refugiado. La oración une y crea comunión con los que sufren. Cruza las fronteras; es la armonía con Dios. Es la clave para un mundo global de paz. El Beato Juan Bautista Scalabrini, nuestro fundador, vivió la integración entre las dimensiones divina y humana gracias a la oración. También por este motivo la iniciativa de la CEI nos llena el corazón y da más fuerza a nuestro carisma”.