Nueva Delhi, INDIA (Agencia Fides, 07/07/2021) – “Con profunda angustia y dolor, lloramos la muerte del mártir de los marginados, el padre Stan Swamy SJ. Su último mes de reclusión en una cama de hospital hasta sus últimos momentos, es la desgarradora tragedia de un hombre inocente perseguido por hacer el bien. Su confinamiento en prisión preventiva frenó su movimiento, pero con su muerte, su legado se ha desatado, inspirando a miles de personas en toda la India y el mundo. Su misión continuará y nunca sucumbirá al mal”. Así consta en un mensaje enviado a la Agencia Fides por el Cardenal Charles Maung Bo, Arzobispo de Yangon (Myanmar) en su calidad de Presidente de la Federación de Conferencias Episcopales de Asia (FABC), en el que expresa sus condolencias y solidaridad en nombre de todos los obispos asiáticos, tras la muerte del jesuita indio padre Stan Swamy.
Además, el cardenal Bo señala: “La India tiene una historia gloriosa, es
cuna de muchas de las religiones del mundo, pero también tiene una
historia herida. Incluso Mahatma Gandhi, el santo que vivía para los
pobres, fue detenido y encarcelado bajo las leyes de sedición por los
funcionarios británicos. El mismo Gandhi es hoy un eje de la historia de
la India. Nos consuela pensar que el padre Stan Swamy también siguió el
camino no violento de Gandhi, con un gran amor por los marginados. Es
el último santo de los pobres en la India moderna”.
Según el cardenal, Stan Swamy entendió y vivió su sacerdocio
“extendiendo su altar a las calles, a las colinas de esos odiosos
rincones de injusticia, partiendo el pan de la Buena Noticia de la
dignidad humana y la justicia especialmente entre los indígenas (los
adivasis)”. “Durante demasiado tiempo - señala el texto -, tribales
inocentes han recorrido un despiadado vía crucis infligido por la
codicia empresarial y las leyes injustas. Su incansable lucha por
liberar a estas comunidades marginadas le llevó a la cima del calvario,
al encarcelamiento, a las privaciones y a la muerte final. Ha muerto
como un verdadero discípulo de Cristo”.
“Su muerte - concluye el presidente de la FABC -, arroja luz sobre la
injusticia que se está convirtiendo en la norma en el mundo: los
tribales y los indígenas son prescindibles para los intereses de las
empresas multinacionales y sus partidarios políticos”. En Asia, desde el
mar de la China Meridional hasta las partes centrales de la India, una
vasta extensión de tierra de millones de hectáreas estaba habitada por
tribus indígenas. Durante miles de años han protegido el “pulmón de
Asia”. Ahora el virus ecológico de la avaricia, ha emprendido una guerra
contra estas tierras y personas. El padre Stan Swamy, ha muerto
mientras acompañaba a los tribales en su lucha y sueño. Al llorarle,
nosotros también nos comprometemos con un nuevo mundo de justicia y
paz”.
Por su parte, en un mensaje enviado a la Agencia Fides, el p. Vinod
Sushil Soreng SJ, Jesuita de la provincia india de Ranchi, profesor del
seminario jesuita de Chennai, Tamil Nadu, y amigo personal de Swamy
comenta: “Stan ha sido calificado de terrorista, antinacional,
responsable de incitar a la violencia y de violar la ley y el orden
social; se le acusaba de ser cómplice de los naxalitas. Me avergüenzo de
la forma en que se le ha negado la justicia repetidamente en los
últimos meses. Como escritor, pensador y erudito, solía decir que no
había que callarse cuando se violaban los derechos de alguien,
especialmente los de los tribales y los desposeídos. Ha sido un
intrépido, audaz e infatigable profeta de nuestro tiempo. Desafió a las
instituciones y a los sistemas formulando preguntas serias y fundadas
para garantizar la salvaguarda de los derechos de los tribales y los
dalits. A menudo decía: si no eres capaz de solidarizarte con los que
sufren o a los que se les niegan
los derechos básicos a la vida, tu vida como religioso o ser humano es
sólo superficial. Recojamos su legado: su vida inspirará a generaciones a
trabajar por la dignidad y la justicia que se niega a los pobres, las
minorías y los pueblos indígenas de todo el mundo”.