Cabo Delgado, MOZAMBIQUE (Agencia Fides, 05/01/2022) – “Nuestra provincia atraviesa una profunda
crisis humanitaria provocada por la violencia terrorista. Asistimos a
la regresión de los indicadores de desarrollo integral, agravada también
por las consecuencias de las medidas restrictivas de prevención contra
la pandemia”. Así lo advierten varios líderes religiosos de la provincia
de Cabo Delgado, en el norte de Mozambique, en un comunicado conjunto
con el que denuncian la crisis económica y social provocada por la
violencia terrorista en la región, en concreto, en Pemba.
El documento de los líderes religiosos enviado a la Agencia Fides
insiste en que los ataques terroristas no deben atribuirse a la religión
musulmana y rechazan “cualquier afirmación que vincule tales actos con
los principios del islam”. “Rechazamos cualquier acto o individuo que
pretenda distorsionar cualquier doctrina religiosa para justificar
cualquier tipo de violencia”, reza el texto.
Las comunidades religiosas dicen estar dispuestas a “colaborar con el
gobierno, instituciones y organizaciones dedicadas a la causa de la paz
en la provincia de Cabo Delgado”. “Estamos unidos ante cualquier amenaza
de ruptura y repudiamos unánimemente los actos terroristas y
extremistas. Confirmamos nuestro compromiso de caminar codo con codo
hacia la paz y la fraternidad”, declaran los líderes cristianos y
musulmanes.
Entre los factores que preocupan a la población, destacados en el
comunicado”, se encuentran “las desigualdades sociales, el alto nivel de
analfabetismo, la crisis de los valores ético-morales y las divisiones
étnicas y religiosas”. En este contexto, se reafirma una visión de la
religión que se desvincula de la violencia y los prejuicios y defiende
el diálogo social “de manera franca, abierta, honesta e inclusiva”.
La declaración también pide que “se condene cualquier visión extremista y
cualquier tipo de violencia”, subrayando la necesidad de acompañar a
los jóvenes en un camino de “reconciliación y reintegración social”.
Desde hace más de cuatro años, la provincia de Cabo Delgado ha sido
escenario de ataques de rebeldes armados, algunos de ellos asociados al
autodenominado Estado Islámico. Según autoridades locales y organismos
internacionales, el conflicto ha provocado más de 3.100 muertos y más de
800.000 desplazados.