Leme, BRASIL (Agencia Fides, 02/04/2019) - La solidaridad para recibir a los inmigrantes
venezolanos es uno de los desafíos a los que se enfrenta la Iglesia
católica brasileña en los últimos meses. La mayoría de los venezolanos
que llegan al país lo hacen a lo largo de la frontera de Pacaraima, en
el estado de Roraima, una situación que continúa a pesar de que la
frontera está cerrada. La diócesis de Roraima es uno de los principales
centros que reciben y acogen a estos migrantes. En los últimos meses se
ha creado el proyecto Caminos de la solidaridad, en el que el trabajo de
Cáritas junto con otras instituciones de la Iglesia local es
fundamental. En otros lugares de Brasil, varias parroquias, escuelas y
congregaciones religiosas están ofreciendo acoger a estos migrantes y
ofrecerles alternativas para ayudarles.
Una de estas experiencias es la de las parroquias de Santa Marta y Santa
Paula, en la ciudad de Leme, diócesis de Limeira, estado de São Paulo.
El padre Isaías Daniel contactó con el obispo Mario Antonio da Silva,
obispo de Roraima para saber cómo su parroquia podía mostrar una
solidaridad concreta con el emigrantes venezolanos.
Esta actitud puede servir como ejemplo para dialogar con otras
instancias de poder público y redes locales para poder apoyar a la
familia venezolana que es acogida por la parroquia. Cáritas Roraima
asegura que esta experiencia muestra que desde la base, desde las
parroquias, se pueden realizar experiencias que transforman las vidas de
las personas.
Al mismo tiempo, Cáritas Roraima espera que este tipo de actitud guíe a
más diócesis y parroquias de todo el país a tomar este tipo de
iniciativas que hasta ahora no son comunes en muchas diócesis
brasileñas. En este sentido, monseñor Mario Antonio da Silva, en una
carta enviada a sus hermanos en el Episcopado, hizo recientemente un
llamamiento para impulsar el compromiso que los mismos obispos
contrajeron durante la Asamblea General de 2018 de fomentar la
solidaridad con las muchas familias venezolanas en Roraima.