Beirut, LÍBANO (Agencia Fides, 01/08/2020) - En el Líbano, los días de celebración de Eid al
Adha, la fiesta musulmana “del sacrificio”, han tenido lugar en el
contexto de la emergencia sanitaria de Covid-19, que ha impedido la
organización de los momentos de celebración comunitaria. Varios líderes
religiosos de las comunidades islámicas, en los discursos pronunciados
con motivo de la fiesta, han expresado su opinión sobre la crisis
política, económica e institucional que está arrasando el país de los
cedros, y también sobre la campaña emprendida por el patriarca maronita
Bechara Boutros Rai en nombre de la “neutralidad libanesa”, que debe ser
reafirmada y reivindicada con respecto a los ejes de fuerza globales y
regionales que se enfrentan entre sí en los escenarios de Oriente Medio.
Ahmad Kabalan, Mufti chiíta de la escuela Jaafarita (en la foto), en su
discurso por Eid al Adha se ha referido al centenario de la proclamación
del estado libanés, señalando que los actores de la fundación del
Líbano independiente introdujeron desde su génesis el germen del
confesionalismo, dotándolo de ese modo de “todas las causas de su
corrupción y colapso”. Dirigiéndose al pueblo libanés, ha invitado a
todos a no “caer en la trampa internacional y regional que tensa el nudo
de nuestro país y estrangula a nuestro pueblo”. Los discursos de
aquellos que comienzan a hablar del federalismo y la división del país
sobre una base sectaria representan para el jeque chiíta “un retorno a
los proyectos de sedición entre los libaneses, un retorno a la guerra
civil cuyas consecuencias aún se sienten”. Según Kabalan, “el Líbano
vive al ritmo de las guerras en la región, a la sombra de un proyecto
regional patrocinado por los estadounidenses que están librando
una gran guerra económica contra el Líbano e imponen un bloqueo
internacional global a los libanesés y al estado”. Reafirmando la
“neutralidad libanesa” promovida por el cardenal Rai, Kabalan ha querido
enfatizar que no está lejos “de nuestros hermanos en Bkerké (hogar del
Patriarcado maronita, ed.), porque nos interesa estar todos en la misma
trinchera en la lucha por el Líbano y por los derechos de los
libaneses”. Al mismo tiempo, refiriéndose a las consignas de aquellos
que quieren extrapolar al Líbano “de los incendios y las guerras
regionales”, el Mufti chiíta señala que “algunas de estas guerras
conciernen al Líbano”, y que “el Líbano está en medio de la tormenta y
no puede mantenerse alejado. Debe ser un socio esencial y activo en su
propia defensa y en la protección de sus intereses, para que no se
convierta en una presa fácil”. Según Kabalan, “no puede haber paz en el
Líbano si una parte sufre”, porque la estabilidad del Líbano
“depende de la estabilidad y la seguridad de todos”. Por esta razón,
según Kabalan, “la unión con los cristianos es una necesidad en la
tierra y a nivel religioso, moral y nacional”.
A diferencia del Mufti chiíta Kabalan, el Sheikh druso Akl, Naom Hassan,
ha expresado su consonancia explícita con la perspectiva de la
“neutralidad libanesa”, declarando la urgencia de “alejar a nuestra
nación de conflictos devastadores e implementar las decisiones surgidas
en el diálogo nacional de 2006”. Del lado sunita, el sheikh Amin Kurdi,
número dos de Dar el-Fatwa, el organismo sunita más alto del Líbano, no
ha hablado de la campaña del Patriarca maronita por la “neutralidad
libanesa” en su discurso para la fiesta de Eid al Adha (algo
interpretado por los analistas como una crítica política del partido
chiíta Hezbolá vinculado a Irán). En su sermón en la mezquita, el sheikh
sunita Amin Kurdi ha desarrollado una verdadera invectiva hacia el
liderazgo político-económico libanés: “El colapso económico” ha dicho el
representante sunita “no es accidental, es el resultado logrado por
quienes dicen amar al Líbano, mientras sacan su dinero del
país y se reparten sus recursos”.