Islamabad, PAKISTÁN (Agencia Fides, 01/08/2020): “Es un derecho fundamental de todo ciudadano
paquistaní predicar y profesar su religión libremente, como lo prescribe
la Constitución de Pakistán. Es legítimo que cada comunidad tenga sus
lugares de culto. Condenamos enérgicamente el movimiento de individuos y
grupos fundamentalistas que se han opuesto a la construcción del templo
Shri Krishna en Islamabad, la capital de Pakistán”: así lo afirma a la
Agencia Fides el activista cristiano por los derechos de las minorías,
Sabir Michael, después de que los trabajos de la construcción de un
templo hindú se hayan parado abruptamente debido a la oposición de
algunos líderes religiosos islámicos y grupos fundamentalistas
islámicos.
Michael señala: “Pakistán es uno de los estados firmantes de la
Declaración Universal de Derechos Humanos y la Convención Internacional
de Derechos Sociales, Civiles y Políticos, que garantizan la igualdad de
derechos para todos los ciudadanos, incluidas las minorías religiosas.
Al no permitir que las minorías religiosas profesen su fe libremente, no
solo se traicionan las leyes internacionales de derechos humanos, sino
que también afectan negativamente a la imagen de Pakistán”. El activista
continúa: “No somos minorías religiosas capturadas después de una
guerra; existimos en Pakistán antes de la creación de la misma nación.
Somos ciudadanos con los mismos derechos y deberes”.
La construcción del primer templo hindú en Islamabad, la capital de
Pakistán, se ha detenido temporalmente en los últimos días - por orden
de la Capital Development Authority, un organismo civil -, después de
que algunos clérigos islámicos y personas con un enfoque religioso
fundamentalista protestasen y se opusieran a la construcción. Numerosos
clérigos islámicos y líderes políticos musulmanes protestaron
públicamente a través de los medios de comunicación y mediante campañas
en las redes sociales.
El religioso islámico Ziauddin Manseharwi de la organización “Jamia
Islamia Ashrafia”, un instituto islámico, en un mensaje difundido a
través de las redes sociales, dice: “No está permitido construir un
nuevo templo para hindúes con fondos del gobierno; construir nuevos
lugares de culto para los no musulmanes y restaurar templos dañados es
ilegal y significa cooperar en el pecado”.
Ahora, las organizaciones de la sociedad civil se quejan de la violación
de la libertad religiosa y denuncian el aumento del extremismo, el odio
religioso y el deterioro de la tolerancia religiosa, con la esperanza
de la reanudación de las obras.
El plan para la construcción del templo hindú, de hecho, ya había sido
aprobado en 2017 por el gobierno de Nawaz Sharif, de la Liga Musulmana
de Pakistán (PML-N), anterior al ejecutivo en funciones hoy. Se asignó
un terreno de 0.5 acres a la comunidad hindú para el templo y un sitio
para la cremación. A mediados de 2020, el actual primer ministro Imran
Khan aprobó una subvención pública de 100 millones de rupias para la
construcción del que sería el primer templo hindú en la capital de
Pakistán.
Lal Chand Malhi, miembro hindú de la Asamblea Nacional del partido
político de Imran Khan, diha declarado: “Este templo de Islamabad habría
demostrado que Pakistán es un lugar que respeta todas las religiones y
donde se practica la convivencia. Cuando comenzó la excavación en junio,
el Primer Ministro dijo que estaba lo suficientemente contento de que
el templo le hubiera dado a Pakistán una buena imagen de cara a todo el
mundo”.
El Consejo Ulema de Pakistán (PUC), un organismo islámico, ha expresado
su apoyo a la construcción del templo en Islamabad y criticado a los
opositores. El líder islámico Hafiz Mohammad Tahir Mehmood Ashrafi,
presidente de la PUC, ha dicho: “Denunciamos la controversia sobre la
construcción del templo por parte de algunos clérigos extremistas
clericales; La PUC convocará reuniones y también presentará sus puntos
de vista al Consejo de Ideología Islámica (CII) en Pakistán. Ashrafi
agrega: “Tener un lugar de culto y vivir de acuerdo con la fe y la
tradición es un derecho otorgado a todos los no musulmanes, de acuerdo
con la Constitución de Pakistán; los que se oponen a la construcción del
templo cometen un error de interpretación de la sharia, la ley
islámica”.
Mientras tanto, después del bloqueo temporal de las obras de
construcción, el Tribunal Superior de Islamabad no ha aceptado las
apelaciones presentadas para detener la construcción del templo hindú y
el asunto ha sido remitido al Consejo de ideología islámica (CII),
organismo consultado oficialmente por el gobierno para revisar las leyes
aprobadas por el Parlamento y establecer su conformidad con el Islam.
El Consejo ofrecerá indicaciones al ejecutivo sobre cómo construir el
templo hindú y si los fondos públicos pueden usarse para construirlo.