Con una media de mil contagios al día, Kazajstán sigue manteniendo todas las medidas para evitar la propagación del Covid-19: los lugares de culto, reabiertos a finales de septiembre tras meses de cierre, siguen sujetos a normas precisas de distanciamiento social. Mons. Dell'Oro, continúa explicando que todo esto no ha impedido que se celebrase la Navidad: “Quiero contar un pequeño episodio, importante para mí, que viví la noche del 24 de diciembre: en la cripta de la Catedral, un niño de unos 10 años, abandonado de sus padres y con problemas mentales, se me acercó para decirme que su abuela, ciega, sorda y con enfermedades del corazón, había querido que su nieto la acompañase a la misa de Nochebuena, a pesar de que la temperatura alcanzaba los 25 grados bajo cero. Su fe sencilla y profunda la había empujado a este gesto. La busqué, traté de hablar con ella, pero no podía escuchar mis palabras, así que le estreché la mano con fuerza y nos quedamos así un rato. Es el Jesús vivo que, esa noche, se hizo verdaderamente presente a través de ella. En esta experiencia de encuentro, he podido comprender cómo Jesús realmente nace aquí y ahora. Antes de la bendición, al finalizar la Santa Misa, quise compartir con todos la experiencia de conocer a esta abuela, y les pedí que, yendo a trabajar al día siguiente, ofreciesen su día en medio de todos los hombres con esta misma conciencia”.
La ciudad de Karaganda tiene 4 iglesias católicas, un seminario internacional y un convento de clausura de monjas carmelitas. En junio de 2020, el Papa Francisco elevó la iglesia de San José a basílica menor. La diócesis de Karaganda incluye dos regiones y ocupa un territorio que es dos veces y media el tamaño de Italia.
Las aproximadamente 20 parroquias están separadas entre sí por enormes distancias: las más lejanas están a 1700 km entre sí. En total, hay 4 diócesis católicas en todo el territorio de Kazajstán, con un total de 70 parroquias. Hay 91 sacerdotes presentes en la nación, de ellos 61 son diocesanos y 30 religiosos. Los católicos representan una pequeña minoría: según datos oficiales proporcionados por el Ministerio de Asuntos Exteriores de Kazajstán, de los más de 17 millones de habitantes del país, alrededor del 26% son cristianos y el 1% de ellos son católicos.