Ankara, TURQUÍA (Agencia Fides, 06/05/2021) - El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, ha
querido llevar a cabo en la noche del miércoles 5 de mayo, una cena
oficial de Iftar (ruptura del ayuno) durante el mes de Ramadán,
organizada en el mega palacio presidencial de Ankara y ofrecida a todos
los jefes de las comunidades cristianas presentes en Turquía, junto con
otros representantes de las comunidades religiosas minoritarias
nacionales, con la intención de atestiguar públicamente las buenas
relaciones entre los dirigentes turcos y las comunidades confesionales
no musulmanas presentes en Turquía.
El evento ha sido preparado por Erdogan, entre otras cosas por su
impacto simbólico. La importancia atribuida por el Presidente turco a la
cena con los jefes de las comunidades confesionales no islámicas
destaca aún más si se tiene en cuenta la situación general en la que se
encuentra el país, donde, debido a la crisis de la pandemia del
COVID-19, se ha prohibido a toda la población consumir comunitariamente
el Sahur y el Iftar, las comidas anteriores y posteriores al ayuno (que
durante el mes sagrado del Ramadán dura desde el amanecer hasta el
anochecer para todos los musulmanes observantes).
Al Iftar ofrecido en Ankara por el presidente Erdogan asistieron, entre
otros, el patriarca ecuménico de Constantinopla Bartolomé I, el
patriarca armenio de Constantinopla Sahak Maşalyan, el metropolitano
sirio ortodoxo Yusuf Çetin y el vicario patriarcal sirio católico Orhan
Abdulahad Çanlı, junto con los responsables de algunas fundaciones e
instituciones vinculadas a comunidades cristianas. Entre los
representantes de las comunidades religiosas no cristianas estaban el
rabino jefe Isak Haleva y el presidente de la comunidad judía turca
Ishak Ibrahimzadeh. Fuentes institucionales no han facilitado detalles
de las conversaciones que tuvieron lugar durante el Iftar, pero en los
últimos días se han filtrado rumores en los medios de comunicación
turcos según los cuales los temas que se pusieron sobre la mesa durante
la cena incluían la cuestión de las propiedades que deben devolverse a
las fundaciones de las comunidades minoritarias, las posibles peticiones
de las comunidades religiosas en relación con el proyecto de nueva
Constitución y la evaluación de la reciente declaración del presidente
estadounidense Joe Biden, que definió como "genocidio" las masacres de
armenios perpetradas en la península de Anatolia entre 1915 y 1916.
Recientemente, según ha informado la Agencia Fides, el presidente Erdogan había dirigido un mensaje al patriarca armenio Sahak II con motivo del 24 de abril, fecha en la que las comunidades armenias de todo el mundo conmemoran el “Gran Ma”" (expresión utilizada para indicar las masacres de armenios en Anatolia en los primeros años de la Primera Guerra Mundial). En su mensaje, el Presidente turco había recordado con énfasis la convivencia secular entre turcos y armenios en Anatolia, subrayando que todos pertenecían “a la misma familia humana, independientemente de su etnia, religión, lengua o color”. En aquellos días, el patriarca armenio Sahak II, en unas declaraciones recogidas por los medios de comunicación turcos, había expresado su pesar “al ver que los sufrimientos de nuestro pueblo y los recuerdos sagrados de nuestros antepasados se utilizan como herramienta para conseguir objetivos políticos contingentes”, añadiendo que el propio Erdogan “era el único estadista en la historia de la República de Turquía que ha emitido mensajes sobre este tema, como Primer Ministro y Presidente de la República”, mostrando que comparte “nuestro dolor y respeto por la memoria de nuestros hijos que perdieron la vida en el exilio”.
Ankara no reconoce las masacres de las que fueron víctimas los armenios
en Anatolia entre 1915 y 1916 como un exterminio planificado sobre una
base étnica, considerando esos hechos como una trágica consecuencia del
estado de caos relacionado con el conflicto bélico que llevaría a la
disolución del Imperio Otomano.