Yakarta, INDONESIA (Agencia Fides, 06/05/2021) - Aumenta la tensión en la provincia indonesia de Papúa (llamada Irian Jaya), en el este de Indonesia, atravesada por fermentos separatistas pero también escenario de una protesta general de la sociedad civil por los abusos y violaciones de los derechos humanos llevados a cabo por los militares del ejército indonesio. El gobierno de Yakarta está a punto de desplegar un contingente de 400 soldados en la provincia indonesia de Papúa para luchar contra los grupos separatistas papúes armados. El despliegue de fuerzas se produce tras la decisión del gobierno indonesio de calificar oficialmente de “terroristas” a los grupos separatistas armados locales. Anunciada públicamente por Mahfud, ministro de Asuntos Políticos, Jurídicos y de Seguridad, la decisión estaba motivada por la urgencia de “erradicar los actos criminales de terrorismo” de la provincia.
Se sabe que en la provincia de Papúa existe el Ejército de Liberación
Nacional de Papúa Occidental, brazo armado del Movimiento Papúa Libre
(FPM). El FPM ha reivindicado en repetidas ocasiones la responsabilidad
de los ataques contra personal militar y civiles desarmados en
diferentes partes de las provincias de Papúa. La decisión de Mahfud ha
sido plenamente respaldada por grupos y partidos políticos, incluidas
algunas organizaciones de la sociedad civil, que han acusado a los
separatistas armados de cometer numerosos actos de violencia contra las
fuerzas policiales, pero también contra el personal civil. El episodio
que impulsó a Yakarta a actuar fue el asesinato del jefe de inteligencia
residente en Papúa, el general Putu Danny Karya Nugraha, que murió en
una emboscada del Ejército de Liberación Nacional de Papúa Occidental en
Puncak el 24 de abril.
Por otro lado, muchos grupos que defienden los derechos humanos han
expresado su firme oposición a la medida del gobierno: se teme, de
hecho, que los civiles sufran represalias por el asesinato de un alto
cargo militar. En declaraciones a la Agencia Fides, el analista político
indonesio J. Kristiadi no está de acuerdo con la decisión: “Definir a
los grupos separatistas como terroristas es muy arriesgado. En Papúa los
grupos separatistas son orgullosos luchadores. Luchan por la
independencia de Papúa Occidental.
La razón principal de la lucha es política e ideológica. Luchar por los
valores políticos es un derecho, como la libertad de palabra, de
expresión, de conciencia. Sería preferible condenar los actos
individuales de terrorismo y llevar a los responsables ante la
justicia”.
Ya que existe el riesgo de una escalada de violencia en la provincia, la
Iglesia católica local pide a los líderes militares y a los grupos
rebeldes que declaren una tregua para evitar caer en un conflicto
generalizado, que traería consigo una emergencia humanitaria y social en
la región. Según los líderes católicos, la medida del gobierno de
incluir a los separatistas en la lista de grupos terroristas puede
desencadenar una escalada de violencia en la conflictiva región del este
de Indonesia. Es “una medida improductiva que podría socavar los
esfuerzos de los líderes religiosos para forjar la paz en la región”,
dice una nota de la Diócesis de Timika, en Papúa. En la carta enviada a
la Agencia Fides, el padre Marthen Kuayo, administrador apostólico de la
diócesis de Timika, dice: “Nosotros, líderes de la Iglesia católica en
la diócesis de Timika, estamos profundamente preocupados por la reciente
violencia y la respuesta que ha aumentado la tensión en Papúa en las
últimas semanas”. “Son los civiles -señala- las primeras víctimas
inocentes de los enfrentamientos entre los rebeldes y las fuerzas de
seguridad”, y a menudo familias inocentes son desplazadas o incluso
víctimas del fuego cruzado. La Iglesia local pide a los militares y a
los líderes separatistas “que den muestras de moderación y observen un
alto el fuego para encontrar juntos una solución digna, humana, abierta y
respetuosa”. El enfoque puramente militar del gobierno, señala el
texto, no ha logrado hasta ahora abordar los problemas de la región y
“sólo ha creado odio entre la gente”, mientras que “es necesario
reconstruir la paz y la justicia en Papúa”.