“Con la ayuda del Señor y de muchas personas que han colaborado, hoy podemos decir que se ha logrado el primer objetivo, que era llegar a 3.500 familias vulnerables con alimentos”, ha dicho el Administrador Apostólico de la diócesis de Rancagua y Obispo de la diócesis de San Bernardo, Mons. Juan Ignacio González. Con las donaciones recolectadas, se han comprado alimentos y ropa nueva para entregar a las familias.
Como señala la diócesis, ha sido una verdadera cadena de solidaridad: la entrega de alimentos y ropa se ha logrado gracias al aporte en efectivo de personas, familias, empresas e instituciones; luego un gran número de voluntarios han preparado las cajas que se han llevado a los distintos lugares de acopio de la diócesis, donde los párrocos y los equipos de ayuda fraterna las llevaron para entregarlas a los más necesitados.
Las consecuencias económicas y sociales de la pandemia aún se dejan sentir con fuerza en Chile, por ello se ha planificado una segunda fase de esta campaña, cuyo lema es: "Cinco panes y dos peces: las familias ayudan a las familias". Se ha pensado que toda familia que esté en condiciones de hacerlo puede ayudar a otra familia donando alimentos, de esta manera la situación sería muy diferente, ha comentado el Obispo.