De esta forma explica a la Agencia Fides el padre Diego Dalle Carbonare, misionero comboniano en Jartum, el reciente acuerdo que podría llevar en Sudán a un progresivo distanciamiento del Estado de la sharia, la ley islámica. En la primera semana de septiembre, los rebeldes del SPLM-N, bien establecidos en la región de las montañas Nuba, donde la presencia cristiana es muy significativa, llegaron a un acuerdo con el primer ministro Abdalla Hamdok sobre la separación entre el estado y la religión. Ahora se esperan novedades.
“El camino es largo también porque hay que tener en cuenta que, en lo que respecta a los rebeldes, la firma del acuerdo fue suscrita solo por un grupo (que no firmó el acuerdo de paz alcanzado a finales de agosto) y en lo que respecta al gobierno, la firma es solo del Primer Ministro, no del Consejo Supremo, que ya en otras ocasiones, -como en la cuestión de la reapertura o no de relaciones con Israel-, ha expresado su malestar recordando que determinadas decisiones no pertenecen al ejecutivo. Según muchos, el poder de hacer un cambio constitucional como la abolición de la sharia no pertenece a un gobierno de transición”, explica el misionero.
Por otro lado, sin embargo, otros señalan que en 1983 Nimery introdujo la ley islámica sin legitimidad parlamentaria o de referéndum. Por lo tanto, un mandato constitucional para eliminarlo no sería necesario desde el punto de vista legal.
“En cualquier caso, al abordar el tema que es muy delicado, yo prestaría mucha atención a los términos. En lengua árabe, la palabra “laicismo” no implica esa neutralidad con la que se lee en Occidente, sino que tiene un significado negativo. Se entiende como “un menos” y no un “más”. Cuando los rebeldes dicen: ‘O nos das el laicismo total del Estado o habrá una secesión’, están poniendo a la parte árabe del país en una situación difícil y todo el proceso en peligro. En mi opinión, sería mucho más sensato hablar de una reforma de la ley para dar espacio a la pluralidad y defender a las minorías. Se lograría el mismo objetivo sin tensiones innecesarias”.
Además, después de más de año y medio, Jartum vuelve a tener un nuncio apostólico. El nuevo representante diplomático de la Santa Sede, monseñor Luis Miguel Cárdaba, ha llegado ya a Sudán en este momento delicado para el país. El nuevo nuncio fue nombrado por el Papa Francisco el pasado mes de marzo. El Comboniano observa: “Justo en estos días ha llegado a Jartum el nuevo Nuncio Apostólico. La ausencia de un año y medio se ha notado especialmente porque, mientras tanto se estaban produciendo cambios de época aquí en Sudán. Creo que su presencia ahora puede ser muy importante. Durante mucho tiempo la Iglesia vivió en las sombras, sin posibilidad de diálogo con el gobierno. Este nuevo clima político y social, nos brinda una oportunidad histórica para que la Iglesia juegue un papel importante y espero sinceramente que el nuevo nuncio sea de ayuda en esta dirección”.