“Agradecemos a Cáritas el haber coordinado este encuentro de hoy pese a las condiciones a las que nos llevado la pandemia de coronavirus. También agradecemos a la Comisión del Gobierno para los Refugiados que nos haya permitido ayudar a mejorar las necesidades higiénicas básicas de nuestros hermanos y hermanas”, explicó la señora Makhubu.
En los últimos años, la presencia de mujeres católicas en el campo de refugiados de Malindza ha dado esperanza a estas personas. El obispo también celebraba allí misa, pero el coronavirus ha puesto fin a todas estas iniciativas.
El tema de los refugiados de este año es “Imagina”; porque cuando todo parece estancado, cuando las viejas formas de hacer las cosas ya no funcionan, eso es lo que tenemos que hacer, imaginar. En tiempos de coronavirus, el llamamiento a imaginar parece más importante que nunca; imaginar y tener esperanza.
“Como mujeres de fe, estamos felices de haber trabajado con éxito a pesar de las dificultades que ha provocado el coronavirus y de haber elaborado los artículos que hemos traído hoy. Es una conversión para que nuestro apostolado adquiera sentido y relevancia y no se detenga por ninguna situación”, añadió la presidenta del Consejo de Mujeres Católicas.
“Rezamos a nuestro amoroso Dios para que abra nuestra mente y toque nuestro corazón y así podamos ayudar a cada persona a obtener los recursos que necesita; podamos transformar nuestros miedos y ansiedades en esperanza para que podamos experimentar una verdadera conversión del corazón”, resumió la señora Makhubu.
El campamento de Malindza acoge a refugiados de Burundi, Angola, República Democrática del Congo, Ruanda y Somalia.