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padrejosemedina.blogspot.com
CIUDAD DEL VATICANO
(http://catolicidad.blogspot.com
– Diciembre 29 de 2013). A las 12.00 horas de este domingo, Fiesta
de la Sangrada Familia, el Santo Padre FRANCISCO desde la ventana
de su estudio en el Palacio Apostólico Vaticano ha rezado el Ángelus
con los fieles y peregrinos reunidos en la Plaza de San Pedro.
Este es el texto íntegro del Ángelus
Papal:
(Traducción del original italiano: http://catolicidad.blogspot.com)
“Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!
En este primer domingo después
de Navidad, la Liturgia nos invita a celebrar la fiesta de la Sagrada
Familia de Nazaret. En efecto, cada pesebre nos muestra a Jesús
junto a la Virgen y a San José, en la gruta de Belén. Dios ha
querido nacer en una familia humana, ha querido tener una madre y un
padre. Como nosotros.
Y
hoy el Evangelio nos presenta a la Sagrada Familia en el camino
doloroso del exilio, en busca de refugio en Egipto. José, María y
Jesús experimentan la condición dramática de los prófugos,
marcada por miedo, incertidumbre y las estrecheces (cfr Mt
2,13-15.19-23).
Lamentablemente,
en nuestros días, millones de familias pueden reconocerse en esta
triste realidad. Casi cada día la televisión y los periódicos dan
noticias de prófugos que huyen del hambre, de la guerra, de otros
peligros graves, en busca de seguridad y de una vida digna para ellos
y para sus propias familias.
En tierras lejanas, incluso cuando
encuentran trabajo, no siempre los prófugos y los inmigrantes
encuentran acogida verdadera, respeto, aprecio de los valores de los
cuales son portadores. Sus legítimas expectativas se encuentran con
situaciones complejas y dificultades que a veces parecen
insuperables. Muchas veces pienso que un signo
para saber cómo va una familia es ver cómo se tratan en ella a los
niños y a los ancianos.
Jesús
ha querido pertenecer a una familia que ha experimentado estas
dificultades, para que nadie se sienta excluido de la cercanía
amorosa de Dios. La fuga en Egipto a causa de las amenazas de Herodes
nos muestra que Dios está allí donde el hombre está en peligro,
allí donde el hombre sufre, allí donde escapa, donde experimenta el
rechazo y el abandono; pero Dios también está allí donde el hombre
sueña, espera volver a su patria en la libertad, proyecta y elige
para la vida y la dignidad suya y de sus familiares.
Hoy dirigimos nuestra mirada a la
Sagrada Familia que nos atrae también por la simplicidad de la
vida que ella lleva en Nazaret. Es un ejemplo que hace tanto bien a
nuestras familias, las ayuda a convertirse siempre más en comunidad
de amor y de reconciliación, en la que se experimenta la ternura, la
ayuda recíproca, el perdón recíproco. Recordemos las tres palabras
clave para vivir en paz y alegría en la familia: permiso, gracias,
perdón. Cuando en una familia no se es entrometido y se pide
“permiso”, cuando en una familia no se es egoísta y se aprende a
decir “gracias”, es cuando en una familia uno se da cuenta de que
ha hecho algo malo y sabe pedir “perdón, en esa familia hay paz y
hay alegría. Recordemos estas tres palabras. Pero podemos repetirlas
todos juntos: permiso, gracias, perdón. Todos: ¡Permiso, gracias,
perdón) Pero también quisiera animar a
las familias a tomar conciencia de la importancia que tienen en la
Iglesia y en la sociedad. El anuncio del Evangelio, en efecto, pasa
ante todo a través de las familias, para alcanzar después los
diversos ámbitos de la vida cotidiana.
Invoquemos
con fervor a María Santísima, la Madre de Jesús y Madre nuestra, y
a San José, su esposo. Pidamos a ellos que iluminen, no consuelen,
nos guíen a cada familia del mundo, para que se pueda cumplir con
dignidad y serenidad la misión que Dios le ha
encomendado”.
Después del Ángelus:
“Queridos hermanos y hermanas,
El próximo Consistorio y el próximo Sínodo de los Obispos afrontaremos el tema de la familia, y la fase preparatoria y ya iniciado de tiempo. Por esto hoy, fiesta de la Sagrada Familia, deseo confiar a Jesús, María y José, este trabajo sinodal, orando por las familias de todo el mundo. Los invito a unirse espiritualmente a mí en la oración que ahora rezo”:
Oración a la Sagrada Familia
Jesús, María y José,
en vosotros contemplamos
el esplendor del verdadero amor,
a vosotros, confiados, nos dirigimos.
Santa Familia de Nazaret,
haz también de nuestras familias
lugar de comunión y cenáculo de oración,
auténticas escuelas del Evangelio
y pequeñas Iglesias domésticas.
Santa Familia de Nazaret,
que nunca más haya en las familias episodios
de violencia, de cerrazón y división;
que quien haya sido herido o escandalizado
sea pronto consolado y curado.
Santa Familia de Nazaret,
que el próximo Sínodo de los Obispos
haga tomar conciencia a todos
del carácter sagrado e inviolable de la familia,
de su belleza en el proyecto de Dios.
Jesús, María y José,
escuchad, acoged nuestra súplica.
(Oración
en su original español: