domingo, 29 de diciembre de 2013

FRANCISCO: Ángelus en la Fiesta de la Sagrada Familia




 Imagen:  padrejosemedina.blogspot.com


CIUDAD DEL VATICANO (http://catolicidad.blogspot.com – Diciembre 29 de 2013). A las 12.00 horas de este domingo, Fiesta de la Sangrada Familia, el Santo Padre FRANCISCO desde la ventana de su estudio en el Palacio Apostólico Vaticano ha rezado el Ángelus con los fieles y peregrinos reunidos en la Plaza de San Pedro.


Este es el texto íntegro del Ángelus Papal:
(Traducción del original italiano: http://catolicidad.blogspot.com)



Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!


En este primer domingo después de Navidad, la Liturgia nos invita a celebrar la fiesta de la Sagrada Familia de Nazaret. En efecto, cada pesebre nos muestra a Jesús junto a la Virgen y a San José, en la gruta de Belén. Dios ha querido nacer en una familia humana, ha querido tener una madre y un padre. Como nosotros.


Y hoy el Evangelio nos presenta a la Sagrada Familia en el camino doloroso del exilio, en busca de refugio en Egipto. José, María y Jesús experimentan la condición dramática de los prófugos, marcada por miedo, incertidumbre y las estrecheces (cfr Mt 2,13-15.19-23).
Lamentablemente, en nuestros días, millones de familias pueden reconocerse en esta triste realidad. Casi cada día la televisión y los periódicos dan noticias de prófugos que huyen del hambre, de la guerra, de otros peligros graves, en busca de seguridad y de una vida digna para ellos y para sus propias familias. 


En tierras lejanas, incluso cuando encuentran trabajo, no siempre los prófugos y los inmigrantes encuentran acogida verdadera, respeto, aprecio de los valores de los cuales son portadores. Sus legítimas expectativas se encuentran con situaciones complejas y dificultades que a veces parecen insuperables. Muchas veces pienso que un signo para saber cómo va una familia es ver cómo se tratan en ella a los niños y a los ancianos.


Jesús ha querido pertenecer a una familia que ha experimentado estas dificultades, para que nadie se sienta excluido de la cercanía amorosa de Dios. La fuga en Egipto a causa de las amenazas de Herodes nos muestra que Dios está allí donde el hombre está en peligro, allí donde el hombre sufre, allí donde escapa, donde experimenta el rechazo y el abandono; pero Dios también está allí donde el hombre sueña, espera volver a su patria en la libertad, proyecta y elige para la vida y la dignidad suya y de sus familiares.


Hoy dirigimos nuestra mirada a la Sagrada Familia que nos atrae también por la simplicidad de la vida que ella lleva en Nazaret. Es un ejemplo que hace tanto bien a nuestras familias, las ayuda a convertirse siempre más en comunidad de amor y de reconciliación, en la que se experimenta la ternura, la ayuda recíproca, el perdón recíproco. Recordemos las tres palabras clave para vivir en paz y alegría en la familia: permiso, gracias, perdón. Cuando en una familia no se es entrometido y se pide “permiso”, cuando en una familia no se es egoísta y se aprende a decir “gracias”, es cuando en una familia uno se da cuenta de que ha hecho algo malo y sabe pedir “perdón, en esa familia hay paz y hay alegría. Recordemos estas tres palabras. Pero podemos repetirlas todos juntos: permiso, gracias, perdón. Todos: ¡Permiso, gracias, perdón) Pero también quisiera animar a las familias a tomar conciencia de la importancia que tienen en la Iglesia y en la sociedad. El anuncio del Evangelio, en efecto, pasa ante todo a través de las familias, para alcanzar después los diversos ámbitos de la vida cotidiana.


Invoquemos con fervor a María Santísima, la Madre de Jesús y Madre nuestra, y a San José, su esposo. Pidamos a ellos que iluminen, no consuelen, nos guíen a cada familia del mundo, para que se pueda cumplir con dignidad y serenidad la misión que Dios le ha
encomendado”.


Después del Ángelus:



Queridos hermanos y hermanas,


El próximo Consistorio y el próximo Sínodo de los Obispos afrontaremos el tema de la familia, y la fase preparatoria y ya iniciado de tiempo. Por esto hoy, fiesta de la Sagrada Familia, deseo confiar a Jesús, María y José, este trabajo sinodal, orando por las familias de todo el mundo. Los invito a unirse espiritualmente a mí en la oración que ahora rezo”:


Oración a la Sagrada Familia


Jesús, María y José,
en vosotros contemplamos
el esplendor del verdadero amor,
a vosotros, confiados, nos dirigimos.

Santa Familia de Nazaret,
haz también de nuestras familias
lugar de comunión y cenáculo de oración,
auténticas escuelas del Evangelio
y pequeñas Iglesias domésticas.

Santa Familia de Nazaret,
que nunca más haya en las familias episodios
de violencia, de cerrazón y división;
que quien haya sido herido o escandalizado
sea pronto consolado y curado.

Santa Familia de Nazaret,
que el próximo Sínodo de los Obispos
haga tomar conciencia a todos
del carácter sagrado e inviolable de la familia,
de su belleza en el proyecto de Dios.

Jesús, María y José,
escuchad, acoged nuestra súplica.



(Oración en su original español: