lunes, 20 de octubre de 2014

Arzobispo Laham: “Los 4000 cristianos iraquíes desplazados quieren emigrar todos a Occidente”


Amman, JORDANIA (Agencia Fides, 20/10/2014) – Ya hay tres mil refugiados cristianos iraquíes que huyeron de la ofensiva de los yihadistas de Mosul y la llanura de Nínive que han encontrado refugio en Jordania, y en los próximos días se anuncia la llegada de un millar más. Lo confirma a la Agencia Fides, el Arzobispo Maroun Laham, vicario patriarcal para Jordania del Patriarcado Latino de Jerusalén. La gran mayoría de los refugiados cristianos - la gran mayoría católicos - están distribuidos en 10 parroquias latinas, greco-católicas, siro-católicas y armenias. A 2000 de ellos Cáritas Jordania les proporcionada asistencia directamente, mientras que otros son ayudados por una red de organizaciones benéficas y organizaciones de voluntarios de perfil local e internacional.

Además de pedir ayuda para las necesidades básicas de supervivencia, las familias de los refugiados también tratan de obtener la inclusión de sus hijos en las escuelas, mientras que los estudiantes universitarios piden poder seguir los cursos y exámenes en las universidades del Reino Hachemita. “La gran mayoría de los refugiados cristianos – dice a la Agencia Fides el Arzobispo Laham – comparten dos rasgos comunes; nadie quiere volver a Iraq y todo el mundo trata de obtener una visa para Australia o Estados Unidos. En este sentido, las elecciones de las embajadas y de las cancillerías occidentales, contribuyen en gran medida a la desaparición de la presencia cristiana en Oriente Medio. El Patriarca caldeo – subraya Mons. Laham - ha reconocido que cada cristiano debe decidir según su conciencia qué hacer y cómo mirar hacia el futuro propio y de su familia. Pero si se abren a los cristianos de par en par las puertas en los países avanzados de Occidente, entre otras cosas, de un a manera privilegiada que el resto de la población árabe, se terminará fomentando la salida incluso de los que podrían permanecer aquí. De modo que todo lo que se habla sobre la necesidad de proteger a las comunidades cristianas enraizadas desde hace siglos en Oriente Medio, asume una connotación que parece una burla”.