Buenos Aires, ARGENTINA (Agencia Fides, 25/06/2019) - Muchas comunidades del país se encuentran
en dificultades en un intento de prevenir el problema de la adicción en
niños y jóvenes, particularmente dramática y generalizada en el país.
Una práctica cotidiana que encuentra espacio en todos los ámbitos
eclesiales y que constituye una válida respuesta preventiva está
constituida por el deporte, considerado como una oportunidad de
encuentro, de buen uso del tiempo libre, así como un camino educativo al
desarrollo personal y social, el puente entre la calle y la escuela, la
experiencia comunitaria. Así lo afirma la Comisión Nacional de Pastoral
de las Adicciones y Drogodependencias de la Conferencia Episcopal
Argentina.
"El juego y el deporte son un derecho natural que todos tenemos, después
del derecho a la vida, y no podemos dejar de defenderlo -dice la
Comisión en el texto recibido por Fides- La cultura exasperada del podio
y el éxito valoran sólo al ganador, los demás entran en la cultura de
los residuos. Esto contrasta con la cultura del encuentro, por la cual
seguimos trabajando como Iglesia, para el crecimiento pacífico de la
sociedad".
Los miembros de la Comisión declaran que comparten el documento del
Vaticano ‘Dar lo mejor de sí mismos’ sobre la perspectiva cristiana del
deporte y de la persona humana, que presenta el deporte como un medio de
misión y santificación, por lo que este año se proponen promover la
práctica del deporte comunitario como respuesta preventiva y de
fortalecimiento del tejido social. De los 11,8 millones de niños menores
de 17 años que viven en la Argentina, el 41,2% vive en la pobreza
estructural y el 63,4% de ellos está privado de ciertos derechos.
La difícil situación económica actual del país impide que algunas
instalaciones deportivas del barrio abran sus puertas. "Nuestra
respuesta como Iglesia es multiplicar la pedagogía de la presencia en
cada barrio: estar significativamente entre chicos y chicas, escuchar
humildemente sus gritos, crear lazos educativos, acompañarlos con
confianza en su potencial para el bien, con la esperanza de que puedan
salir de cualquier situación de esclavitud y de falta de sentido".
Por lo tanto, la Comisión anima a las comunidades diocesanas a continuar
participando en actividades deportivas y pide al Estado que aplique las
leyes existentes a este respecto. "En contraste con las ideologías
individualistas -dicen- queremos ser una Iglesia inclusiva, soñamos con
un deporte para todos, en el que nadie sea excluido. Estamos convencidos
de que el deporte es una práctica de la dignidad humana, un vehículo
para la fraternidad y un medio para trabajar por la no violencia".
Con motivo del Día Mundial de la Droga, el 26 de junio, se propone a las
diócesis organizar maratones o actividades deportivas, todas ellas
unidas por el lema "Ganar el camino con deportes inclusivos".