Ciudad de México, MÉXICO (Agencia Fides, 21/06/2019) - "Una estrategia migratoria que pueda
ir más allá de la imposición de aranceles que provoque como respuesta
inmediata la militarización de las fronteras o el levantamiento de los
muros humanos, debe basarse en los derechos humanos y poner al migrante
en el centro de las medidas políticas y sociales y en mejores
condiciones para una migración ordenada y segura”, refirió mons. José
Guadalupe Torres Campos, obispo de Ciudad Juárez, presidente de la
Dimensión Episcopal de Pastoral de la Movilidad Humana (DEPMH), de la
Conferencia Episcopal Mexicana, en un mensaje publicado con motivo del
Día Mundial del Refugiado.
En el texto, recibido por la Agencia Fides, el obispo invita a prestar
"especial atención a los grupos marginados que engrosan las caravanas", a
los que mueven a estas grandes masas engañándolas con falsas esperanzas
y sin duda por intereses personales, así como a tener en cuenta "a las
personas desfavorecidas por la condición de vulnerabilidad y engaño en
la que pueden haber sido atraídas".
El texto cita el mensaje del Papa Francisco para la Jornada Mundial del
Emigrante y Refugiado 2019, y nos invita a pensar en los 258 millones de
personas que viven fuera de sus países de origen y que emigran por
diversas razones en busca de protección y oportunidades para una vida
mejor.
Torres Campos afirma que conoce "las políticas migratorias vigentes en
nuestro país, frente a la crisis que existe como resultado del creciente
número de migrantes, que en grandes caravanas o en pequeños grupos
intentan atravesar el territorio nacional. Muchos de ellos son,
consciente o inconscientemente, candidatos al asilo y al refugio, tanto
en México como en Estados Unidos, pero esta petición se ha convertido
también en un Vía Crucis para los migrantes, está cargada de candados y
requisitos que retrasan la solución".
El obispo reitera que "la migración no puede ser vista como un problema,
sino como una oportunidad", y subraya que "la falta de un sistema de
coordinación de la migración basado en los derechos humanos a nivel
mundial, regional y nacional está creando una crisis de derechos humanos
para los migrantes, haciéndolos cada vez más vulnerables, ya que debido
a su situación irregular, viven y trabajan ilegalmente, temen quejarse
de los abusos que a menudo sufren por parte de los proveedores de
servicios, los empleadores e incluso de los ataques de la sociedad
civil".
Según Mons. Torres Campos, la jornada de hoy "es una oportunidad para
que la Iglesia levante su voz por aquellos que no tienen voz, y para que
los gobiernos desarrollen acciones que puedan facilitar y favorecer el
proceso de asilo, así como para asegurar los derechos humanos de los
migrantes en general, siguiendo las recomendaciones del Santo Padre".