Ciudad de México, MÉXICO (Agencia Fides, 17/06/2019) - Según el Centro Católico Multimedia
(CCM), la violencia contra los sacerdotes no es una expresión directa de
odio a la fe, sino un deseo de provocar “desestabilización social”. “El
sacerdote y las comunidades parroquiales promueven la seguridad, la
educación, los servicios de salud, los derechos humanos de los
migrantes, las mujeres y los niños ...”, explica a Fides el director del
CCM, el sacerdote paulino Omar Sotelo Aguilar, SSP. La Iglesia local es
“una realidad que ayuda a las personas, en competencia directa con el
crimen organizado”, que sabe que eliminar a un sacerdote es mucho más
que eliminar a una persona, porque desestabiliza a toda una comunidad.
Así es como “se establece una cultura de terror y el silencio, que es
importante para el crecimiento de la corrupción y, por lo tanto, para
permitir que los cárteles trabajen libremente”. El fenómeno es
particularmente marcado en los estados de Guerrero,
Veracruz, Michoacán, pero ahora causa alarma también en Tamaulipa,
Jalisco y Guanajuato”.
“Tragedia y crisol del sacerdocio en México” es el título de un informe
periodístico detrás del libro del mismo nombre y, recientemente de un
documental, con el cual don Omar Sotelo Aguilar denuncia la violencia
que afecta a los sacerdotes de todo el país y la impunidad casi absoluta
que los rodea. En una conversación con la Agencia Fides, el religioso
recuerda que “en 2018 siete sacerdotes fueron asesinados en México”.
Según lo que se ha recopilado en unos nueve años de investigaciones
periodísticas que le han otorgado al Padre Sotelo el Premio Nacional de
Periodismo 2017, el fenómeno está creciendo de la mano del aumento de la
violencia en el país. “En los seis años de presidencia de Luis Felipe
Calderón, 17 sacerdotes fueron asesinados, y en los de Enrique Peña
Nieto, 26”, resume el sacerdote paulino, quien también está preocupado
de que más del 80% de estos crímenes queden impunes.
El caso más llamativo es el asesinato del cardenal Juan Jesús Posadas
Ocampo, ya que “después de más de 25 años no hay nadie en la cárcel por
ese delito”. Nadie fue acusado de matar a dos jóvenes sacerdotes
brutalmente asesinados el año pasado en la carretera Taxco-Iguala. “El
documental quiere ser una voz que clama en esta terrible oscuridad”,
dice el sacerdote.
Las intimidaciones son tan frecuentes que en México 26 iglesias son
profanadas cada mes. “En el modus operandi habitual, los ataques contra
los sacerdotes comienzan con la extorsión, después el secuestro, muy a
menudo a la tortura y, en última instancia, al asesinato con una
violencia especialmente brutal”, explica el padre Sotelo Aguilar.
Además, es común la calumnia post mortem de los sacerdotes asesinados,
para “desviar la atención” en la investigación y archivarla sin
resultado. Gracias al trabajo realizado por el equipo de CCM, se
informaron y publicaron las “anomalías” de parte de los investigadores y
las autoridades a la hora de reabrir los archivos ya archivados. La
investigación del CCM ha llevado a la intervención de la Comisión de
Derechos Humanos del Parlamento y la acción del Departamento de Estado
de los EE. UU. Y organizaciones internacionales.