Chiapas, MÉXICO (Agencia Fides, 18/06/2019) – Un nuevo hecho de sangre es otra confirmación
de la violencia que vive México: una catequista ha sido asesinada
durante un asalto a una iglesia católica en el municipio de Acacoyagua,
en el estado de Chiapas. El obispo de la diócesis de Tapachula
(Chiapas), Mons. Jaime Calderón Calderón, en un video enviado a la
Agencia Fides, narra la dinámica del asesinato: "Fuimos víctimas de la
violencia generalizada que vive el país. Ayer (sábado 15 de junio) al
final del curso de capacitación para catequistas en la iglesia de la
Inmaculada Concepción, de la parroquia de San Marcos Evangelista,
entraron dos jóvenes y, tomando sus armas, comenzaron a disparar, una de
las balas hirió a Margeli Lang Antonio, quien murió casi de inmediato.
Como familia diocesana no podemos acostumbrarnos a estos hechos de
violencia que demuestran una degradación social y moral de la comunidad
humana". Mons. Calderón pidió a las autoridades que se
investigue para encontrar a los responsables.
Durante una conferencia de prensa en la tarde del domingo 16 de junio,
el Obispo destacó que "la descomposición social se debe a la falta de
salud integral en las comunidades. Cuando no hay trabajo, cuando hay
injusticia, cuando hay impunidad, cuando hay una ambición excesiva por
el dinero, cuando las vidas de las personas tienen un precio, lo que se
pone en el centro es el dinero, entonces todo tiene un precio y quien
tiene el dinero es quien manda ... Cuando hay cambios de gobierno hay un
cierto vacío de autoridad y poder ... "concluyó el Presule.
Justo ayer, Fides recibió el comunicado de la Conferencia Episcopal de
México (CEM) sobre la reunión de la Presidencia de la CEM con Andrés
Manuel López Obrador, Presidente de la República, para "iniciar un
diálogo fraternal con la voluntad de colaborar en la construcción de una
sociedad más justa, en solidaridad y en paz ". Los obispos, dice la
declaración, abordaron dos temas fundamentales: la emergencia migratoria
y la construcción de la paz.
Respecto a la primera, "la Iglesia continúa ofreciendo sus recursos: 95
diócesis, 10 mil parroquias, más de 130 hoteles y miles de agentes de
pastoral en todo el territorio mexicano comprometidos en la misión
humanitaria y en la defensa de los derechos humanos". Por lo tanto, la
Presidencia de la CEM destacó que "se necesita una mayor colaboración
conjunta para garantizar la seguridad de los migrantes".
Sobre el segundo tema, los obispos se proponen contribuir a la
reconstrucción del tejido social y al fortalecimiento del estado de
derecho, a través del Plan de Consolidación de la Paz ", que incluye
centros de escucha, centros de defensa de los derechos humanos y
acompañamiento de las víctimas. y talleres de educación para la paz ".
"El sufrimiento de tantas familias mexicanas por la violencia y la
inseguridad exige urgentemente nuestra colaboración fraterna", enfatiza
el texto.
El comunicado de la CEM concluye recordando que otros temas también se
discutieron en la reunión, y destacó que la Iglesia pretende cumplir su
misión participando en la búsqueda del bien común en un marco de
laicidad positiva, donde el ejercicio pleno de la libertad religiosa
fortalece la democracia".