Durante este período de pandemia, explican las disposiciones, el sacerdote celebrará la misa en la iglesia, pero sin la presencia de la asamblea. La misa se puede celebrar y retransmitir en directo, para que los fieles puedan unirse asistiendo desde casa. Esta modalidad afectará a todas las Eucaristías, en Cuaresma, incluidas la Semana Santa y el Domingo de Pascua. “La gente - explica el obispo - podrá rezar desde casa”. También se han cancelado las reuniones de las Comunidades Eclesiales de Base y de otros grupos eclesiales.
“En nuestra diócesis - dice el obispo a Fides - hay una larga historia en la tradición devocional de la Semana Santa y, después del Domingo de Ramos, la comunidad conmemora con fe y devoción el misterio de la salvación dada por Cristo, su muerte en la cruz y su resurrección”. “Durante la noche - explica el Obispo a Fides - los fieles se reúnen en la capilla de ‘Tuan Ma’ (Madre María, Mater Dolorosa), y en la capilla de ‘Tuan Ana’ (Señor Jesús), rezando y cantando. El Viernes Santo, muchos vienen a rezar tanto en la Capilla de ‘Tuan Ma’ como en la Capilla de ‘Tuan Ana’ así como en la Capilla de ‘Tuan Menino’: estas son las capillas históricas y devocionales de Larantuka.
Por la tarde se suele realizar la celebración de la liturgia de la muerte de Jesús y por la noche continúa la procesión en la ciudad, mientras en el camino la gente reza y canta, llevando consigo velas encendidas. Sin embargo, este año, nos vimos obligados a cancelar todas las celebraciones con presencia física”.
El sacrificio de la no participación en la presencia no anula la intensidad devocional de una celebración famosa en todo el archipiélago. “Nuestra elección se basa en el valor de la salud y la seguridad de todos los seres humanos. Por esta razón - concluye m. Fransiskus Kopong Kung - Jesús murió en esa cruz para salvar a todos los vivos”.