En el transcurso de su homilía, el Patriarca maronita ha reiterado una vez más su llamamiento a las fuerzas y líderes políticos libaneses, responsables en su opinión de un estancamiento político que asume rasgos casi criminales, si consideramos la grave crisis económica, social y sanitaria en la que El Líbano se hunde: “¿Cómo pueden no formar un gobierno?” Ha preguntado el Patriarca dirigiéndose a los líderes políticos nacionales “mientras la gente grita de dolor, ¡están hambrientos de pobreza y muriendo de enfermedades! (…). ¿Cómo no se puede formar un gobierno, mientras la gente se para frente a los bancos y suplica poder retirar su dinero, sin encontrarlo?.
¿Cómo pueden no formar un gobierno, mientras las fronteras están desprotegidas, el contrabando es rampante, la soberanía nacional está comprometida, la independencia está suspendida y la corrupción es desenfrenada? ¿Cómo no formar gobierno mientras más de la mitad de la población está desempleada y por debajo del umbral de pobreza? (…) ¿No temen a Dios, al pueblo, a la conciencia y al juicio de la historia?”
El último gobierno libanés en el poder, presidido por el primer ministro Hassan Diab, cayó tras las protestas que siguieron a las explosiones en el puerto de Beirut el 4 de agosto de 2020. El sunita Saad Hariri, líder del partido político “Futuro”, fue encargado de formar un nuevo gobierno el 22 de octubre de 2020, pero aún no ha podido constituir el nuevo gabinete desde entonces, también debido a las tensiones institucionales que han surgido entre el primer ministro encargado y el presidente Michel Aoun en torno a la lista de ministros que deberían formar el equipo de gobierno. Para complicar aún más el escenario, también existen nuevas presiones internacionales que apuntan a condicionar el perfil político del nuevo ejecutivo.