CIUDAD DEL VATICANO (Agencia Fides, 21/10/2021) - S.E. Mons. Giampietro Dal Toso, Presidente de las Obras Misionales
Pontificias (OMP) y Subsecretario de la Congregación para la
Evangelización de los Pueblos ha realizado una reflexión sobre la figura
de Paulina Jaricot - fundadora de la Obra de la Propagación de la Fe,
cuya beatificación tendrá lugar en 2022 en el contexto de importantes
aniversarios - durante la presentación de la Jornada Mundial de las
Misiones, hoy en el Vaticano.
El próximo año, de hecho, se celebrarán varios aniversarios ligados al
mundo misionero: el 400 años de la Congregación de "Propaganda Fide",
los 200 años de la fundación de la primera obra misionera, la Obra de
Propagación de la Fe; los 100 años de la elevación a rango pontificio de
tres de las cuatro Obras.
Mons. Dal Toso ha recordado que Pauline Jaricot será beatificada el
próximo 22 de mayo en Lyon y ha querido destacar tres aspectos de su
carisma. El primero es el hecho de que sólo tenía 23 años cuando fundó
lo que más tarde se convertiría en la Obra Pontificia de la Propagación
de la Fe: “Este es uno de esos ejemplos que demuestran cómo la verdadera
inspiración encuentra un lugar en la Iglesia, quizás precisamente
porque llega de una mujer. No hay que olvidar que en ese mismo siglo XIX
hubo un enorme florecimiento de institutos religiosos femeninos
dedicados a escuelas, orfanatos, catequesis, misiones y hospitales, y en
este caso también se trata de una mujer pero que nunca ha entró en un
convento”.
El segundo aspecto – ha continuado el presidente de las OMP - es que
para comprender plenamente a Pauline Jaricot es necesario “partir de su
inquietud misionera” y, no olvidar sus fundaciones de círculos de
oración para la misión, el Rosario Viviente, la Obra de Propagación de
la Fe, el intento de construir una fábrica ideal para satisfacer las
necesidades espirituales y promover la dignidad de los trabajadores de
la época. El arzobispo además ha añadido que “todo lo hizo para
evangelizar su entorno francés y apoyar la misión en un momento de
fuerte descristianización tras la Revolución Francesa. En definitiva,
creo que podemos decir que quería implicar a todos en la misión en
tierras lejanas para evangelizar en tierras cercanas”.
Por último, pero no menos importante, el tercer aspecto de Pauline es
que “era una semilla de la que ha brotado un gran árbol – ha dicho
Monseñor Dal Toso, añadiendo -, no sólo es excepcional por la santidad
de su vida, sino por la grandeza de los frutos de su obra. Puso en
marcha un verdadero movimiento misionero espiritual gracias a la Obra de
la Propagación de la Fe, que tuvo una difusión inmediata y capilar,
también porque se basó en un sistema simple pero ingenioso: grupos de 10
personas, que luego se reunían de 100 en 100 y después de mil en mil
con un responsable en cada nivel”.
La Obra fue rápidamente reconocida por el Papa Pío VII y en 1825 el Rey
de Francia la puso bajo su protección con un regalo de 4.000 francos. En
1822 recaudó 22.915 francos, pero en 1838 ya había recaudado 1.343.000 y
dos años más tarde 2,5 millones, el 45% de los cuales se recaudaron
fuera de Francia, mientras que el boletín de la Obra cuadruplicó su
tirada en sólo cinco años, alcanzando los 40.000 ejemplares en 1830, sin
contar las traducciones. A este respecto monseñor Dal Toso ha
comentado: “Puedo decir sin dudar que la contribución de las Obras, que
nacieron de esta intuición, ha sido esencial para la historia de las
misiones en los siglos XIX y XX, porque han involucrado a la base de los
fieles católicos y los han ayudado a sensibilizarse sobre la misión”.
No es sólo un trozo de historia, sino la vida que continúa hoy: el
arzobispo ha recordado que en 2021 la Obra Pontificia de la Propagación
de la Fe apoyó 893 circunscripciones eclesiásticas en territorios de
misión con una contribución para gastos corrientes e invirtió más de 10
millones de dólares en la formación de catequistas, mientras que la Obra
Pontificia de San Pedro Apóstol financió la formación de 76.541
seminaristas en 746 seminarios. El carisma de Pauline Jaricot, ha
añadido, sigue dando frutos: por ejemplo, en el año 2000 nació una nueva
asociación pública de fieles en la diócesis de Caserta, que se inspira
en ella.
El presidente Dal Toso ha concluido recordando que todo esto ha sido posible también gracias al apoyo de los Papas, que han promovido regularmente el carisma de las Obras Misionales Pontificias, y ha citado lo que el Papa Francisco escribió en su mensaje para la Jornada Mundial de las Misiones de 2021 y en el emitido en 2016, con motivo del 90 aniversario de la Jornada. En particular, ha recordado que se ha destinado todo el Fondo Universal de Solidaridad, constituido por las ofrendas de las comunidades católicas de todo el mundo, para ayudar a las comunidades cristianas necesitadas y dar fuerza al anuncio del Evangelio hasta los confines de la tierra. “No dejemos de realizar también hoy - exhortó el Papa Francisco en 2016 - este gesto de comunión eclesial misionera”.