CIUDAD DEL VATICANO, 7 SEP 2011 (VIS/www.ssbenedictoxvi.org).- Al final de la catequesis, S.S. Benedicto XVI dirigió unas palabras en francés, inglés, alemán, español, portugués, polaco, croata, checo, eslovaco, húngaro e italiano a los diversos grupos presentes en la Audiencia General.
Estas fueron sus palabras en castellano:
Queridos hermanos y hermanas!
Continuamos hoy con el tema de la "escuela de oración", meditando el salmo tercero, que forma parte del "libro de plegaria" por excelencia. Este salmo dirige a Dios una súplica de profunda fe y confianza. En el peligro, en la amargura de la incomprensión o en la ofensa, las palabras del Salmista abren nuestro corazón a la certeza consoladora de la fe. Dios se hace siempre cercano. Aun en la dificultad o en los problemas, Él escucha, responde y salva; ahora bien es necesario saber reconocer y aceptar sus caminos, como hizo David, cuando escapó de forma humillante de su hijo Absalom; o como el justo perseguido del que nos habla el libro de la Sabiduría; o como aparece plenamente en el Gólgota, cuando el Hijo de Dios es injuriado e insultado. La oración expresa la seguridad de una presencia divina, en la que el Señor nos regala la fe, viene en ayuda de nuestra debilidad y nos hace capaces de creer y de orar en la angustia, en la noche oscura, en la duda o en los largos días del dolor, abandonándonos a Aquel que es nuestro escudo y nuestra gloria.
Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española, en particular a los fieles de la parroquia de San Francisco Javier, de Oviedo; a la Coral Médica Pedro Pérez Velásquez y al Coro Juvenil Cultural, de la Universidad Central de Venezuela; a la Orquesta Sinfónica Juvenil "Batuta", de Bogotá, así como a los demás grupos provenientes de España, Costa Rica, El Salvador, Venezuela, Argentina, México y otros países Latinoamericanos. Invito a todos a vivir, ante cualquier adversidad, una absoluta confianza en Dios de quien procede toda bendición. Muchas gracias.
El Papa recordó con los peregrinos polacos al Cardenal Deskur, recientemente fallecido: "Ayer, durante la liturgia de las exequias, dimos el último saludo al Cardenal Andrei Maria Deskur, connacional vuestro y amigo del beato Juan Pablo II. Con la oración y los sufrimientos, llevó adelante su servicio papal, confiando siempre su propia vida a la Inmaculada. Que ella implore para él la gloria celeste".
La Audiencia concluyó con el canto del Pater Noster y la Bendición Apostólica impartida por el Santo Padre.
Al final de la Audiencia General de los miércoles, el Pontífice recibió al Señor Michael Spindelegger, Ministro de Exteriores de Austria y Vicecanciller del Gobierno Federal Austríaco acompañado por su esposa y séquito.
Posteriormente S.S. Benedicto XVI regresó en helicóptero a Castel Gandolfo