CIUDAD DEL VATICANO, 22 ENERO 2012 (VIS).- La Semana de oración por la unidad de los cristianos -del 18 al 25 de Enero- ha estado hoy de nuevo en el centro de las reflexiones del Papa Benedicto XVI. En su alocución introductoria del rezo del Angelus dominical, el Santo Padre ha invitado a los fieles "a unirse a la oración que Jesús dirigió al Padre la víspera de su pasión: 'Que todos sean uno, para que el mundo crea'".
El tema de los textos de la Semana de oración de este año está tomado de la primera carta de San Pablo a los Corintios: "Todos seremos transformados por la victoria de nuestro Señor Jesucristo". El Santo Padre explicó que "estamos llamados a contemplar la victoria de Cristo sobre el pecado y la muerte, es decir, su resurrección, como un evento que transforma radicalmente a cuantos creen en Él y les abre el acceso a una vida incorruptible e inmortal. Reconocer y acoger la fuerza transformadora de la fe en Jesucristo sostiene a los cristianos también en la búsqueda de la plena unidad entre ellos".
S.S. Benedicto XVI afirmó que es posible buscar la unidad de modo realista "si el cambio acontece en primer lugar en nosotros mismos, si dejamos actuar a Dios, si nos dejamos transformar a imagen de Cristo, si entramos en la vida nueva en Cristo, que es la verdadera victoria. La unidad visible de todos los cristianos es siempre obra que viene de lo alto, de Dios, una obra que pide que reconozcamos humildemente nuestra debilidad y acojamos el don. Pero, usando una expresión que repetía a menudo el beato Papa Juan Pablo II, todo don es también compromiso. La unidad que viene de Dios exige por tanto nuestro esfuerzo diario por abrirnos los unos a los otros en la caridad. (...) El tiempo que dediquemos a la oración por la plena comunión de los discípulos de Cristo nos permitirá comprender mejor cómo seremos transformados por su victoria, por la potencia de su resurrección".
Para terminar, el Pontífice recordó que la Semana de oración concluirá el próximo miércoles con la solemne celebración de las Vísperas de la fiesta de la conversión de San Pablo en la basílica romana que lleva el nombre del apóstol. Participarán en la celebración representantes de otras Iglesias y comunidades cristianas "para renovar juntos -dijo el Papa- nuestra oración al Señor, fuente de la unidad".