MENSAJES DEL PAPA FRANCISCO
Diciembre 28 de 2013
El Santo Padre FRANCISCO ha enviado a través del Secretario de
Estado, Monseñor Pietro Parolin – un mensaje a los participantes
en el encuentro ecuménico de los jóvenes europeos.
“Queridos jóvenes,
“Queridos jóvenes,
Roma recuerda con alegría vuestro encuentro europeo del año pasado y sobre todo la hermosa oración que, junto con el Papa Benedicto XVI con miles de jóvenes en la Plaza de San Pedro. El Papa FRANCISCO se siente cercano a vosotros que ahora os reunís en Estrasburgo y en las ciudades y pueblos de Alsacia y Ortenau: una tierra lacerada por las guerras que causaron numerosas víctimas, pero también una tierra que lleva una gran esperanza, la de la construcción de la familia europea. Que tendrá lugar simultáneamente en dos países, vuestro encuentro es una señal. La Europa que atravesó y aún atraviesa por momentos difíciles, necesita de vuestro empeño, de vuestra fe, y de vuestro coraje.
Vosotros estáis unidos por «buscar la comunión
visible de todos los que aman a Cristo». Este es el proyecto que
vosotros estáis configurado para encuentros en Taizé a lo largo del
año 2014. Sois consientes que la división entre los cristianos
constituye un obstáculo importante para la realización de la misión
que fue confiada a la Iglesia y «la credibilidad del mensaje
cristiano sería mucho más grande si los cristianos fueran más allá
de sus divisiones» (Exhortación Apostólica Evangelii gaudium,
n. 244). El Papa comparte vuestra convicción de que podemos aprender
muchas cosas los unos de los otros, porque las realidades que nos
unen son numerosas.
El Papa les desea que vuestro testimonio, y el espíritu de paz y de reconciliación del Evangelio se difundan entre sus coetáneos. De corazón, les da su bendición, a vosotros jóvenes participantes en el encuentro, a los hermanos de Taizé, así como los pastores y todos las personas que los reciben en sus casas en Alsacia y Ortenau.
+ Pietro Parolin
Secretario de Estado de Su Santidad
Secretario de Estado de Su Santidad
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Mensaje para
América
por la fiesta de la Virgen de Guadalupe
por la fiesta de la Virgen de Guadalupe
Diciembre 11 de 2013
Mañana es la fiesta de Nuestra Señora de Guadalupe, Patrona de toda América. Con
esta ocasión, deseo saludar a los hermanos y hermanas de ese Continente, y lo
hago pensando en la Virgen de Tepeyac.
Cuando se apareció a San Juan Diego, su rostro era el de una mujer mestiza y sus
vestidos estaban llenos de símbolos de la cultura indígena. Siguiendo el ejemplo
de Jesús, María se hace cercana a sus hijos, acompaña como madre solícita su
camino, comparte las alegrías y las esperanzas, los sufrimientos y las angustias
del Pueblo de Dios, del que están llamados a formar parte todos los pueblos de
la tierra.
La aparición de la imagen de la Virgen en la tilma de Juan Diego fue un
signo profético de un abrazo, el abrazo de María a todos los habitantes de las
vastas tierras americanas, a los que ya estaban allí y a los que llegarían
después.
Este abrazo de María señaló el camino que siempre ha caracterizado a América:
ser una tierra donde pueden convivir pueblos diferentes, una tierra capaz de
respetar la vida humana en todas sus fases, desde el seno materno hasta la
vejez, capaz de acoger a los emigrantes, así como a los pueblos y a los pobres y
marginados de todas las épocas. América es una tierra generosa.
Éste es el mensaje de Nuestra Señora de Guadalupe, y éste es también mi mensaje,
el mensaje de la Iglesia. Animo a todos los habitantes del Continente americano
a tener los brazos abiertos como la Virgen María, con amor y con ternura.
Pido por todos ustedes, queridos hermanos y hermanas de toda América, y también
ustedes recen por mí. Que la alegría del Evangelio esté siempre en sus
corazones. El Señor los bendiga y la Virgen los acompañe.
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Diciembre 9 de 2013
VIDEO-MENSAJE DEL SANTO PADRE FRANCISCO
PARA LA "CAMPAÑA CONTRA EL HAMBRE EN EL MUNDO"
LANZADA POR CARITAS INTERNATIONALIS
“Queridos hermanos y queridas hermanas:
Hoy tengo el placer de anunciarles la “Campaña contra el hambre en el mundo”, lanzada por nuestra Caritas Internationalis y comunicarles que es mi intención darle todo mi apoyo.
Esta Confederación, junto a sus 164 organizaciones miembros, está hoy empeñada en 200 países y territorios de todo el mundo y su labor es el corazón de la misión de la Iglesia y su atención hacia todos aquellos que sufren por ese escándalo del hambre, con el que el Señor se identificó cuando dijo: “Tuve hambre y me diste de comer”. Cuando los apóstoles le dijeron a Jesús que las personas que habían llegado para escuchar sus palabras también tenían hambre, Él les animó a que fueran a buscar comida. Como ellos también eran pobres, solo encontraron cinco panes y dos peces pero, con la gracia de Dios, llegaron a dar de comer a una multitud de personas, recogiendo incluso lo que había sobrado y evitando así cualquier despilfarro.
Nos encontramos ante un escándalo mundial de casi mil millones de personas. Mil millones de personas que todavía sufren hambre hoy, no podemos mirar a otra parte, fingiendo que el problema no exista. Los alimentos que hay a disposición hoy en el mundo bastarían para quitar el hambre a todos.
La parábola de la multiplicación de los panes y los peces no enseña precisamente eso: que cuando hay voluntad, lo que tenemos no se termina, incluso sobra y no se pierde.
Por eso, queridos hermanos y hermanas, les invito a que hagan un lugar en sus corazones para esta urgencia, respetando ese derecho que Dios ha concedió a todos, de tener acceso a un alimentación adecuada.
Compartamos lo que tenemos, con caridad cristina, con todos aquellos que se ven obligados a hacer frente a numerosos obstáculos para poder satisfacer una necesidad tan primaria y, a la vez, seamos promotores de una auténtica cooperación con los pobres, para que a través de los frutos del trabajo de ellos y de nuestro trabajo podamos vivir una vida digna.
Invito a todas las instituciones del mundo, a toda la Iglesia y a cada unos de nosotros mismos, como una sola familia humana, a dar voz a todas las personas que sufren silenciosamente el hambre, para que esta voz se convierta en un rugido capaz de sacudir al mundo.
Esta campaña quiere ser también una invitación a todos nosotros, para que seamos conscientes de la elección de nuestros alimentos, que con frecuencia significa desperdiciar la comida y usar mal los recursos a nuestra disposición. Es también una exhortación para que dejemos de pensar que nuestras acciones cotidianas no tienen repercusiones en la vida de quienes - cerca o lejos de nosotros – sufren el hambre en su propia piel.
Les pido de todo corazón, que apoyen a nuestra Caritas en esta noble Campaña, para actuar como una sola familia, empeñada en asegurar alimentos para todos.
Roguemos al Señor para que nos conceda la gracia de ver un mundo en el nadie deba morir de hambre. Y pidiendo esta gracia, les doy mi bendición”.
FRANCISCO