CIUDAD DEL VATICANO,
8 octubre 2014 (VIS).- Puntual como de costumbre a las 10:00 horas,
el Santo Padre FRANCISCO ha salido a la Plaza de San Pedro con su
Jeep descapotable y ha saludado a los fieles y peregrinos allí
reunidos. El Papa ha dedicado la Audiencia General de los miércoles
a los ''muchos hermanos que comparten con nosotros la fe en
Cristo, pero que pertenecen a otras confesiones o tradiciones
diferentes de la nuestra''. También ha destacado que aun hoy las
relaciones no están siempre marcadas por el respeto y la
cordialidad, y ha preguntado sobre nuestra actitud ante esta
situación, ''¿Somos indiferentes o creemos firmemente que se
puede y se debe caminar en la dirección de la reconciliación y
plena comunión?''.
El Papa ha explicado
que las divisiones entre los cristianos hieren a la Iglesia y a
Cristo y ha recordado que Jesús deseaba que sus discípulos
estuvieran unidos en su amor. Ya en ese tiempo, esa unidad peligraba
y Jesús exhortó a sus discípulos a hablar con unanimidad para que
no hubiera divisiones entre ellos y estuvieran en perfecta unión en
el pensamiento y el sentimiento.
El Obispo de Roma ha
hablado de cómo el maligno, durante toda la historia, ha tentado a
la Iglesia intentando dividirla y de cómo por desgracia, la Iglesia
ha estado marcada por graves y dolorosas divisiones que a veces han
durado mucho tiempo, llegando hasta nuestros días, ''por lo que
resulta difícil reconstruir todas las motivaciones y sobre todo
encontrar posibles soluciones. Detrás de todas estas heridas se
encuentran siempre la soberbia y el egoísmo que son la causa del
desacuerdo y nos hacen intolerantes e incapaces de escuchar y de
aceptar a quienes tienen una visión o una posición diferente a la
nuestra''.
''Ante todo esto
-ha continuado- ¿hay algo que cada uno de nosotros como miembros
de la Santa Madre Iglesia podamos y debamos hacer? Sin duda no debe
faltar la oración... y junto a esta, el Señor nos pide una renovada
apertura: nos pide que no nos cerremos al diálogo y al encuentro; es
más, que acojamos todo lo válido y positivo que nos ofrecen incluso
aquellos que no piensan como nosotros.. Nos pide que no nos centremos
en lo que nos divide sino en lo que nos une... Es doloroso... estamos
divididos entre nosotros. Pero todos tenemos algo en común: todos
creemos en Jesucristo, el Señor.... en el Padre, el Hijo y el
Espíritu Santo. Todos caminamos juntos, estamos en camino,
¡ayudémonos los unos a los otros!... Recibamos la comunión en el
camino. Esto se llama ecumenismo espiritual: recorrer el camino de la
vida todos juntos en nuestra fe, en Jesucristo el Señor''.
Continuando con el
tema de la comunión, el Santo Padre ha contado a los fieles que hoy
está muy agradecido al Señor porque se cumplen setenta años de su
primera comunión. ''Recibir la Primera Comunión significa entrar
en comunión con los otros, con los hermanos de nuestra Iglesia y
también con todos aquellos que pertenecen a comunidades diferentes
pero que creen en Jesús''.
Antes de finalizar,
FRANCISCO ha animado a todos a seguir caminando juntos hacia la plena
unidad. ''La historia nos ha separado, pero estamos en el camino
hacia la reconciliación y la comunión. Y cuando parezca que la meta
está muy lejos, que es casi inalcanzable, y nos sintamos
desmoralizados, que nos consuele la idea de que Dios no puede dejar
de escuchar la voz de su propio Hijo Jesús y no dar escucha a su
oración y la nuestra, para que todos los cristianos sean realmente
uno solo''.
Posteriormente el
Papa saludó a los fieles en francés, inglés, alemán, español,
portugués, polaco, húngaro y árabe.
Estas fueron sus
palabras en castellano:
“Queridos
hermanos y hermanas:
Hay muchas
personas que, compartiendo con nosotros la fe en Cristo, pertenecen a
otras confesiones o tradiciones. Ante esta situación, que a lo largo
de la historia ha sido con frecuencia causa de conflictos y
sufrimiento, ¿cuál es hoy nuestra actitud? ¿Nos resignamos, somos
indiferentes? ¿O creemos que es posible caminar hacia la
reconciliación y la plena comunión?
Las divisiones
entre los cristianos, además de herir a la Iglesia, hieren al mismo
Cristo, que, antes de su muerte, rogó encarecidamente al Padre por
la unidad de todos los discípulos.
Diversas razones
han conducido a la separación. Pero, de un modo u otro, tras estas
heridas, siempre aparecen la soberbia y el egoísmo que nos vuelven
intolerantes e incapaces de escuchar y aceptar a quien tiene un punto
de vista diverso.
Como miembros de
la Iglesia, en primer lugar, estamos llamados a rezar, como lo hizo
Jesús, por la unión de los cristianos. Y, además, el Señor nos
pide que no nos cerremos al diálogo y al encuentro, sino que estemos
abiertos a todo aquello que es valioso y positivo en quienes no
piensan y actúan como nosotros, que no nos quedemos en lo que nos
divide, sino que acentuemos lo que nos une: Jesús y la riqueza de su
amor. Y que caminemos juntos en el camino de la vida, rezando juntos
y ayudándonos. De Jesús aprenderemos a perdonar, a sentirnos parte
de la misma familia, a considerarnos un don para los demás y a
realizar juntos tantas cosas buenas, tantas obras de caridad por el
bien común.
Saludo a los
peregrinos de lengua española, en particular a los grupos
provenientes de España, Panamá, Argentina, Puerto Rico, México y
otros países. Los invito a rogar al Señor para que todos lleguemos
a ser en verdad una sola familia. Muchas gracias”.
La
Audiencia General concluyó con el canto del Pater Noster y la
Bendición Apostólica impartida por el Santo Padre.