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Fides, 09/10/2014) – Los jesuitas de la India reunidos en la red
“Jesa” (Jesuits in Social Action) han lanzado un fuerte
llamamiento al gobierno central y a los gobiernos de varios estados
indios para que adopten “medidas urgentes para poner fin a la
campaña orquestada y motivada por el odio y la violencia contra las
minorías religiosas, que tiene un impacto negativo en la armonía
social en muchas ciudades y pueblos, de numerosas zonas del país”.
El texto del llamamiento, recibido también en la Agencia Fides,
recuerda que “el apoyo abierto por parte de los líderes políticos
a los grupos radicales y extremistas hindúes ha desatado la
violencia en muchos lugares. Los medios de comunicación han
reportado más de 600 casos de violencia contra las minorías, entre
mayo y septiembre de 2014”, mientras que los perpetradores de tales
actos quedan impunes.
“La impunidad –
señalan los jesuitas de al India - alienta aún más a los
extremistas que actúan fuera de la ley”, mientras que la sociedad
civil ha pedido desde hace tiempo a las más altas autoridades
políticas que detenga a “los que crean discordia y polarizan la
sociedad”. Más de 30 organizaciones que defienden los derechos
humanos han reiterado su petición de proteger los derechos de las
minorías, especialmente el derecho a vivir con dignidad como
ciudadanos de la India, con la misma dignidad e igualdad.
La situación,
recuerda el texto enviado a Fides, es tan crítica que que inclusa
una jurista de la talla de Fali Nariman ha expresado abiertamente su
preocupación. “Los primeros 100 días del nuevo gobierno - dicen
los jesuitas - han visto un aumento progresivo de los discursos que
incitan al odio contra los musulmanes y los cristianos. Se burlan de
su identidad, cuestionan su ciudadanía, se ríen de su fe. Se
multiplican las coacciones, las divisiones y las sospechas. Los
ataques contra las minorías religiosas han adquirido proporciones
alarmantes: más de 600, entre mayo y septiembre de 2014, en varias
partes del país”
Los jesuitas añaden:
“La campaña de odio, violencia y amenazas se ha abalanzado no sólo
sobre las minorías religiosas, sino también contra la sociedad
civil, abogados y académicos, mientras que el gobierno se mantiene
en silencio. La comunidad cristiana es blanco de la violencia
colectiva en Uttar Pradesh, Madhya Pradesh y Chhattisgarh”, según
un enfoque – denuncia el llamamiento – que ha cambiado su
estrategia: “pocas muertes, peor una violencia cotidiana de baja
intensidad que se está convirtiendo en rutina”. Por esta razón
pedimos “una acción rápida contra los que crean tensión en la
sociedad”, y sugiere que el Ministerio de Interior “emitir una
directiva para que la policía no se haga condicionar por los grupos
extremistas”.