Lahore, PAKISTÁN
(Agencia Fides, 10/10/2014) – El Premio Nobel de la Paz 2014
otorgado a Malala Yousafzai, la niña paquistaní víctima de un
atentado de los talibanes cuando tenía sólo 12 años de edad, “es
una buena noticia para todo el Pakistán y pone en el centro la
cuestión de los derechos de las mujeres y el derecho a la
educación”. Lo dice a la Agencia Fides Ataurehman Saman,
investigador católico y director de publicaciones de la Comisión
Nacional “Justicia y Paz” (NCJP), de la Conferencia Episcopal de
Pakistán.
Malala fue atacada
por defender el derecho a la educación de las niñas en el valle de
Swat. El Premio Nobel de la Paz también ha sido otorgado al indio,
Kailash Satyarthi, de 60 años, activista por los derechos de los
niños. La pareja de activistas ha sido galardonada por el comité en
Oslo por la batalla librada en nombre de los niños y de su derecho a
la educación.
Saman dice a la
Agencia Fides: “Estamos muy agradecidos con el Comité del Nobel.
La cuestión de los derechos de la mujer y la centralidad del derecho
a la educación son temas abiertos en Pakistán. El debate público,
tras este reconocimiento, estará de nuevo en auge y es necesario que
el gobierno de un paso adelante para garantizar el respeto de estos
derechos”.
La Iglesia católica
en Pakistán, recuerda Saman, “apoya firmemente el reconocimiento
de la dignidad de la mujer y la igualdad de oportunidades en el
respecto a una verdadera cultura democrática. Es una cuestión de
justicia que puede ayudar al desarrollo de la nación”.