martes, 7 de octubre de 2014

Segunda Congregación General


CIUDAD DEL VATICANO, 7 octubre 2014 (VIS).- Con la segunda Congregación General que tuvo lugar ayer lunes por la tarde se ha abierto la discusión en la asamblea general extraordinaria del Sínodo de los Obispos. Los temas previstos, de acuerdo con el orden del Instrumentum Laboris, han sido : ''El designio de Dios acerca del matrimonio y la familia'' (Parte I, cap 1) y ''Conocimiento y Recepción de la Sagrada Escritura y los documentos de la Iglesia sobre matrimonio y familia ''(Parte I, cap. 2).

Partiendo de la premisa de que la familia es el núcleo de la sociedad humana, la cuna del amor gratuito y de que hablar de la familia y el matrimonio implica una educación a la fidelidad se ha reiterado que la familia debe ser protegida porque es el futuro de la humanidad.

En diversas intervenciones se ha abordado la necesidad de adaptar el lenguaje de la Iglesia para que la doctrina acerca de la familia, la vida y la sexualidad se entienda correctamente. Hay que entablar un diálogo con el mundo, siguiendo el ejemplo del Concilio Vaticano II , es decir con una apertura crítica pero sincera. Porque si la Iglesia no escucha al mundo, el mundo no escuchará a la Iglesia. Y el diálogo puede basarse en cuestiones importantes, como la igual dignidad de hombres y mujeres y el rechazo de la violencia.

El Evangelio no se explica, se demuestra - se ha afirmado en el Aula - y hay que involucrar sobre todo a los fieles laicos en el anuncio de la Buena Nueva, destacando su carisma misionero. La evangelización no debe ser una teoría despersonalizada, al contrario, tiene que llevar a que las mismas familias den, concretamente , testimonio de la belleza y de la verdad evangélicas.. El reto, se ha dicho, es pasar de una situación defensiva a una propositiva y activa, relanzando el patrimonio de la fe con un lenguaje nuevo, con esperanza, ardor y entusiasmo, dando testimonios convincentes, creando un puente entre el lenguaje de la Iglesia y el de la sociedad.

En este sentido, se ha puesto de relieve la preferencia por una catequesis ''bíblica'' en lugar de ''teológica-especulativa'', porque - a pesar de las apariencias – el egoísmo no satisface a las personas que buscan, en cambio, ideales. Y esto se debe también a que el ser humano aspira a la felicidad y el cristiano sabe que la felicidad es Cristo, pero ya no encuentra el lenguaje adecuado para decírselo al mundo. La Iglesia, sin embargo, debe ser ''magnética'', trabajar por “atracción”, con una actitud de amistad hacia el mundo.

Por cuanto se refiere a las parejas en dificultad, se ha insistido en la necesidad de que la Iglesia esté cerca de ellas con comprensión, perdón y misericordia. La misericordia - se ha dicho - es la primera prerrogativa de Dios, pero hay que considerarla en el contexto de la justicia, solamente así se respetará en su plenitud el designio divino.

El matrimonio es y sigue siendo un sacramento indisoluble; sin embargo, ya que la verdad es Cristo, una Persona, y no un conjunto de reglas, es importante mantener los principios, no obstante cambien las formas concretas de su actuación. En resumen, como decía Benedicto XVI: novedad en la continuidad: el Sínodo no cuestiona la doctrina, pero reflexiona sobre la pastoral, es decir sobre el discernimiento espiritual para la aplicación de la misma para enfrentar los retos de la familia contemporánea. En este sentido, la misericordia no elimina los mandamientos, sino que es su clave hermenéutica.

Por otra parte, se ha observado que incluso las situaciones imperfectas deben tratarse con respeto, por ejemplo, las uniones de hecho en que se convive con lealtad y amor, presentan elementos de santificación y de verdad. Lo esencial es, por tanto, considerar ante todo los elementos positivos, para que el Sínodo infunda valor y esperanza también a las formas imperfectas de familia, que pueden ser valoradas según el principio de gradualidad . Hay que amar realmente a las familias necesitadas.
En el contexto de una sociedad en la que prevalece una especie de ''ego-latría'', que conduce a la “desfamiliarización’’, se detecta una pérdida del sentido de la alianza entre el hombre (y la mujer) y Dios. El anuncio de la belleza de la familia, por lo tanto, no debería ser un esteticismo, la presentación de un mero ideal para imitar; al contrario debería explicar la importancia del compromiso definitivo fundado en la Alianza de los cónyuges con Dios.

Otro punto esencial ha sido el rechazo del clericalismo: A veces parece que la Iglesia se preocupe más del poder que del servicio y por eso no inspira los corazones de los seres humanos. . Es necesario, entonces, volver a imitar a Cristo, volver a encontrar la humildad: la reforma de la Iglesia debe comenzar por la reforma del clero, porque si los fieles ven que sus pastores imitan a Cristo, volverán a acercarse a la Iglesia, que pasará solamente de evangelizar a ser ‘’evangelizadora’’.

También se ha abordado la cuestión del valor esencial de la sexualidad dentro del matrimonio, Efectivamente, se habla tanto, críticamente, de la sexualidad fuera del matrimonio que la sexualidad conyugal parece casi la concesión a una imperfección. El Sínodo ha mencionado - brevemente - la necesidad de mejorar la formación de los sacerdotes, de políticas en favor de la familia y del relanzamiento de la transmisión de la fe en la familia.

Durante la hora de la discusión libre, -18,00 a 19,00- también ha habido dos propuestas: que el Sínodo enviase un mensaje de aliento y estima a las familias en Irak, amenazadas de exterminio por el fanatismo islámico y obligadas a huir para no renunciar a su fe. La propuesta fue sometida a votación y aprobada por mayoría.

La segunda propuesta se refería a la necesidad de incluir en la reflexión al clero casado de las Iglesias Orientales, que a menudo vive también ‘’crisis familiares’’, que pueden desembocar en la solicitud de divorcio.