jueves, 16 de abril de 2015

Once soldados asesinados, iglesia colombiana pide un alto el fuego definitivo

Bogotá, COLOMBIA (Agencia Fides, 16/04/2015) – El obispo Castrense de Colombia, Su Exc. Mons. Fabio Suescun Mutis, ha condenado enérgicamente los hechos ocurridos en el municipio de Buenos Aires, norte caucano, (Colombia) donde 11 militares han perdido su vida en un ataque perpetrado presuntamente por guerrilleros de las Farc.

“Para todos este día ha sido un día muy triste, estamos preocupados, compungidos nos duele saber que nuestros soldados han perdido la vida, nos duele que siga realizándose este conflicto de guerra, esperamos que esto sirva de lección para que se tome una senda de verdadera disposición hacia una paz duradera” ha dicho el Prelado según la información recibida en la Agencia Fides.


La tarde del martes 14 de abril las FARC asesinaron a 11 soldados y dejaron heridos a otros 20 en un pueblecito de unos 300 habitantes que se llama paradójicamente Esperanza, a 1.500 metros de altitud, donde para llegar hacen falta al menos 3 o 4 horas de coche por caminos difíciles. Según la primeras noticias, parece ser que el grupo guerrillero ha querido defender su posición de dominio en la zona, los militares no se lo esperaban. Tras lo ocurrido el ejercito ha bombardeado. Al mismo tiempo, los representantes de las FARC en la mesa de las negociaciones por la paz, que esta teniendo lugar en Cuba, han pedido al gobierno que mida las acciones militares para no reavivar el fuego de la guerra.


Mons. Suescun Mutis ha subrayado la necesidad de un compromiso serio por parte de todos los colombianos, para terminar con este conflicto que ha causado la muerte de muchas víctimas inocentes.


“Cuando sabremos las circunstancias de estos hechos se podrá hacer un juicio objetivo, pero creo que hay que se debe pedir el alto el fuego definitivo en este conflicto, para que no tengamos más malas noticias y que la vida humana de los colombianos sea respetada como un valor fundamental”. Por último ha recordado que “las fuerzas militares deben seguir siendo las protectoras de la seguridad, las que garanticen verdaderamente la vida y el orden democrático del país”.