CIUDAD DEL VATICANO (http://catolicidad.blogspot.com - Agosto 5 de 2015). La Audiencia General de esta mañana fue celebrada a las 10:00 horas en el Aula Pablo VI del Vaticano, donde el Papa FRANCISCO se ha encontrado con fieles y peregrinos provenientes de Italia y de diversas partes del mundo.
En el discurso en lengua italiana el Pontífice retomó el ciclo de catequesis sobre la framilia, en esta ocasión se refirió a la situación de los divorciados y quienes, después de la ruptura del vínculo matrimonial, dan vida a nuevas uniones.
Posteriormente saludó a los fieles en francés, inglés, alemán, español, portugués, polaco y árabe.
Estas fueron sus palabras en castellano:
Queridos hermanos y hermanas:
Retomando las reflexiones sobre la familia, deseo referirme hoy a la
situación de los que tras la ruptura de su vinculo matrimonial han
establecido una nueva convivencia, y a la atención pastoral que merecen.
La Iglesia sabe bien que tal situación contradice el sacramento
cristiano, pero con corazón de madre busca el bien y la salvación de
todos, sin excluir a nadie. Animada por el Espíritu Santo y por amor a
la verdad, siente el deber de «discernir bien las situaciones»,
diferenciando entre quienes han sufrido la separación y quienes la han
provocado.
Si se mira la nueva unión desde los hijos pequeños vemos la urgencia
de una acogida real hacia las personas que viven tal situación. ¿Cómo
podemos pedirle a estos padres educar a los hijos en la vida cristiana
si están alejados de la vida de la comunidad? Es necesario una fraterna y
atenta acogida, en el amor y en la verdad, hacia estas personas que en
efecto no están excomulgadas, como algunos piensan: ellas forman parte
siempre de la Iglesia.
«No tenemos recetas sencillas», pero es preciso manifestar la
disponibilidad de la comunidad y animarlos a vivir cada vez más su
pertenencia a Cristo y a la Iglesia con la oración, la escucha de la
Palabra de Dios, la participación en la liturgia, la educación cristiana
de los hijos, la caridad, el servicio a los pobres y el compromiso por
la justicia y la paz. La Iglesia no tiene las puertas cerradas a nadie.
Saludo a los peregrinos de lengua española, en particular a los
grupos provenientes de España y Latinoamérica. En la memoria litúrgica
de la Dedicación de la Basílica de Santa María la Mayor, confiemos a la
Madre de Dios a todas las familias. Muchas gracias.
La Audiencia General concluyó con el canto del Pater Noster y la Bendición Apostólica impartida por el Santo Padre.