Baghdad, IRAQ (Agencia Fides, 06/07/2015) - “Fue horrible. Nunca olvidaré el terror
impreso en el rostro de decenas de miles de personas. Estaban
convencidos de que el Isis les mataría”. Con tan sólo 22 años de edad,
Rami es uno de los refugiados cristianos alojados en el centro Mar Elia,
el campamento de refugiados gestionado por la Iglesia en Erbil, capital
del Kurdistán iraquí.
En un comunicado enviado a la Agencia Fides, el joven cuenta a Ayuda a
la Iglesia Necesitada aquella trágica noche entre el 6 y 7 de agosto de
2014, cuando él y su familia tuvieron que huir de Qaraqosh junto con
otros 60 mil cristianos (véase Fides 7 y 8 de agosto de 2014). “Cuando
el ejército kurdo se retiró sabíamos que nadie nos habría defendido del
Califato. Tenía tanto miedo que con las prisas por escapar me fui de
casa sin mis documentos”.
La familia de Rami llegó a Erbil, a la una de la noche. “La ciudad
estaba llena de refugiados y el primer día dormimos en el jardín de la
iglesia de San Elías. Sólo unas semanas después nos trasladamos a una
tienda”.
Al igual que muchos otros cristianos iraquíes, el joven no era la
primera vez que se encontraba en la condición de refugiado, ya que se
había mudado a Qaraqosh en enero de 2014. “Habíamos dejado Mosul porque
la ciudad se había vuelto demasiado peligrosa - refiere a ACN -los
yihadistas habían secuestrado a varios cristianos y temíamos por
nuestras vidas”. Hoy Rami y su familia viven en la “Aldea Padre
Werenfried” en una de las 150 estructuras prefabricadas donadas por
Ayuda a la Iglesia Necesitada.
Desde junio de 2014 hasta la fecha, ACS ha llevado a cabo proyectos en
favor de los cristianos iraquíes por un total de más de 8 millones de
euros. En los últimos días, la fundación ha aprobado una contribución
adicional de 2 millones de euros, para seis meses de alquiler de los
alojamientos en los que viven miles de refugiados cristianos.
Después de un año de su fuga, la Iglesia sigue siendo el único punto de referencia de los cristianos iraquíes.
“Tratamos de mantener a los fieles siempre ocupados, especialmente a los
chicos”, dice el padre Douglas Bazi, el sacerdote caldeo que dirige el
centro de Mar Elías. “Cada día disminuye más en los refugiados la
esperanza de volver a casa, pero a pesar de todo nunca han perdido la fe
en el futuro. El 6 de agosto, es para nosotros un día de dolor, pero
también de esperanza. Por qué es el día en que Dios nos ha salvado”.
Ayuda a la Iglesia Necesitada ha lanzado hoy, 6 de agosto, una jornada
internacional de oración para recordar el primer aniversario de la huida
de 120.000 cristianos de la Llanura de Nínive. Es posible unirse a la
campaña a través del hashtag#PrayForIraq e #WeAreChristians.