Bujumbura, BURUNDI (Agencia Fides, 23/09/2019) - "Apreciamos el hecho de que muchos de
nuestros conciudadanos hayan comprendido que las elecciones son la única
manera de lograr una alternancia en el poder", dicen los obispos de
Burundi en el mensaje leído en las misas de ayer, domingo 22 de
septiembre, centrado en las elecciones presidenciales y legislativas del
20 de mayo de 2020.
En el documento, enviado a la Fides, después de recordar el acuerdo de
paz y reconciliación con el que "los burundeses se comprometen a romper
el espíritu de división en el que se fundamenta el poder dictatorial y
opresivo", los obispos subrayan que "la mayoría de la población ha
comprendido que, en caso de conflicto, el diálogo es la mejor vía para
resolverlo".
Durante años Burundi ha experimentado una profunda crisis política,
institucional, social y económica, que ha llevado a cientos de miles de
burundeses a buscar refugio en los países vecinos, después de que el
presidente Pierre Nkurunziza obtuviera un tercer mandato en 2015,
desafiando la antigua Carta Constitucional y los Acuerdos de Paz de
Arusha de 2000.
En el mensaje los obispos también expresan su aprecio por el compromiso
de los miembros de los distintos partidos en la preparación de la
votación, "aunque hay algunas lagunas".
"Aunque hay muchas cosas que apreciamos, no podemos ignorar algunas de
las cuestiones que preocupan e inquietan a la mayoría de los
burundeses", se lee en el mensaje. En primer lugar, la violencia contra
los miembros de determinados partidos políticos, a pesar de que la
Constitución reconoce el multipartidismo. "En algunas regiones -denuncia
el comunicado- se cometen actos delictivos por motivos políticos,
incluidos los asesinatos. En la mayoría de los casos, las víctimas son
aquellas que tienen opiniones diferentes a las del gobierno".
Los obispos también recuerdan a los muchos burundeses que han huido al
extranjero. "Sería bueno que las elecciones se celebraran después de su
repatriación, voluntariamente y sin restricciones", afirman. La
declaración concluye dirigiéndose a los cristianos, muchos de los cuales
están comprometidos en movimientos de Acción Católica y grupos
apostólicos, pidiéndoles que den testimonio de su fe, porque "en virtud
del Bautismo se han convertido en nuevas criaturas", y así actúen como
"apóstoles de la paz".