Kara, TOGO (Agencia Fides, 20/09/2019) - "No hay actividad misionera sin sacrificio y sin
el don último de sí mismo. Un misionero que no hace un don gratuito de
su vida para la causa fundamental del Evangelio no puede ser considerado
como tal. El padre Luigi Maccalli, de la Sociedad de Misiones
Africanas, secuestrado en Níger el 17 de septiembre de 2018, y muchos
otros misioneros en el mundo, son el principio mismo de la actividad
misionera". Así es como el padre Donald Zagore, hermano del padre
Maccalli, ve y vive el espíritu misionero, recordando el secuestro del
padre Maccalli, quien lleva un año en manos de sus captores.
"Cuando un misionero ofrece su vida y hasta muere para hacer triunfar
las buenas nuevas del Evangelio, se convierte en un héroe de fe y
misión. El padre Luigi Maccalli es un héroe de la misión", añade el
padre Zagore.
"Las experiencias fuertes y difíciles como la que está viviendo Gigi,
lejos de crear miedo y duda, debe abrir el espíritu de las nuevas
generaciones a la verdad fundamental del compromiso misionero. Hoy
-explica el misionero togolés-, la dinámica del sacrificio que alimenta
fundamentalmente la actividad misionera es cada vez más relegada a un
segundo plano. Muchos son misioneros sólo de nombre, mientras que en el
concreto de la vida diaria permanecen confinados a su comodidad. No
abrazamos la vida misionera para buscar honores, poder, gloria. La vida
misionera significa dar testimonio del Evangelio y sobre todo de Cristo
que murió y resucitó para la salvación de todos, incluso a riesgo de sus
vidas. El sacrificio que ofrece el padre Maccalli es digno de un
auténtico misionero. Nuestro compromiso es seguir rezando para que su fe
se convierta en instrumento de conversión y arrepentimiento de sus
secuestradores. Dios también escribe derecho sobre renglones
torcidos", concluye.