Telegrama del Santo Padre
A S.E. Mons. Salvatore J. Cordileone
Arzobispo de San Francisco
Al recibir con tristeza la noticia de la muerte del Cardenal William J. Levada, Prefecto Emérito de la Congregación para la Doctrina de la Fe y Arzobispo emérito de San Francisco, le doy mis más sentidas condolencias a Usted y al clero, religiosos y fieles de la Arquidiócesis. Recordando con inmensa gratitud los años de Ministerio Sacerdotal y Episcopal del difunto Cardenal entre el rebaño de Cristo en Los Ángeles, Portland y San Francisco, sus singulares contribuciones a la catequesis, la educación y la administración, y su distinguido servicio a la Sede Apostólica, me uno de todo corazón a vosotros para encomendar su noble alma a la infinitas misericordia de Dios nuestro Padre celestial. A todos aquellos que lloran la muerte del Cardenal Levada con la esperanza segura de la Resurrección, les imparto cordialmente mi bendición apostólica como prenda de consuelo y paz en el Señor.
FRANCISCUS PP.
