miércoles, 23 de mayo de 2012

Oración del Papa: "Que el Espíritu Santo sostenga la fe de la comunidad cristiana"

Ciudad del Vaticano, 23 Mayo 2012 (VIS / http://catolicidad.blogspot.com y/o http://www.ssbenedictoxvi.org).- Tras la catequesis de la Audiencia General de hoy, S.S. Benedicto XVI saludó en francés, inglés, alemán, español, portugués, polaco, croata, checo, eslovaco, lituano e italiano a los más de 20,000 peregrinos presentes en la Plaza de San Pedro. Hablando en polaco, el Pontífice recordó que el próximo domingo se celebra la Solemnidad de Pentecostés: “Junto a María y a los apóstoles -ha dicho-, perseveremos en la oración. Con Cristo, pidamos a Dios nuestro Padre que su Espíritu impregne nuestro pensar y actuar, para que correspondamos cada vez más a la dignidad de hijos de Dios que hemos recibido”.


Estas fueron sus palabras en castellano:


"Queridos hermanos y hermanas:


Dentro de las catequesis sobre la oración que estamos desarrollando, hoy quisiera resaltar un aspecto que Jesús mismo nos enseñó al llamar a Dios Abbá, Padre, con la sencillez, el respeto, la confianza y el afecto de un niño con sus padres. La Iglesia ha acogido esta invocación, que nosotros repetimos en el Padre nuestro, porque el Espíritu Santo nos lo inspira en nuestro corazón. Sí, el poder llamar Padre a Dios es un don inestimable. No sólo reconocemos en él al Creador de nuestros días, sino a quien nos conoce a cada uno por nombre, se cuida siempre de nosotros y nos ama inmensamente, como nadie en el mundo es capaz de amar. Así, pues, en la oración entramos en un trato de intimidad y familiaridad con un Dios personal, que nos ha querido hacer partícipes de la plenitud de la vida que nunca nos abandona. En la plegaria, no sólo nos dirigimos a Dios, sino que entramos en una relación recíproca con él. Una relación en la que nunca estamos solos: nos acompaña Cristo en persona, el Hijo de Dios por naturaleza; y también la comunidad cristiana, con toda la diversidad y riqueza de sus carismas, como familia de los hijos de Dios.


Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española, en particular a los venidos de España, Argentina, El Salvador, México y otros países latinoamericanos. Que Dios, nuestro Padre, aliente nuestro coloquio frecuente y devoto con él. Muchas gracias".


En otras lenguas, el Papa añadió: “Oremos a Dios para que mande el Espíritu Santo con la abundancia de sus dones, a fin de que podamos convertirnos en testigos valerosos de Cristo (…) Que el don del Espíritu Santo en el día de Pentecostés sostenga y alimente siempre la vida de fe de la comunidad cristiana: queridos jóvenes, poned en primer lugar la búsqueda de Dios (…); queridos enfermos, que el Espíritu os ayude y conforte en los momentos de mayor necesidad; queridos recién casados, con la gracia del Espíritu Santo haced vuestra unión cada día más sólida y profunda”.


La Audiencia General concluyó con el canto del Pater Noster y la Bendición Apostólica impartida por el Papa Benedicto XVI.