Ciudad del Vaticano, 16 Mayo 2012 (VIS / http://catolicidad.blogspot.com y/o www.ssbenedictoxvi.org).- “El trabajo no debería suponer un obstáculo para la familia, sino que más bien ha de sostenerla y unirla”.
Así lo ha afirmado S.S. Benedicto XVI en un llamamiento que ha
realizado al final de la Audiencia General de hoy celebrada a las 10.30
horas en la Plaza de San Pedro.
Tras recordar que ayer se celebró la
Jornada Internacional de las Familias, que la ONU ha dedicado este año a
la relación entre familia y trabajo, el Papa ha señalado que el trabajo
debe favorecer a la familia, “ayudarla a abrirse a la vida y a entrar en relación con la sociedad y con la Iglesia”. Asimismo, el Pontífice ha expresado su deseo de que el domingo, “día del Señor y Pascua de la semana, sea un día de reposo y una ocasión para reforzar los lazos familiares”.
Por otra parte, durante los
tradicionales saludos en francés, inglés, alemán, español, portugués,
polaco, croata, checo, eslovaco, ucraniano, búlgaro e italiano a los más
de 11,000 peregrinos reunidos en San Pedro, el Papa Benedicto XVI
subrayó que mañana se celebrará la Solemnidad de la Ascensión del Señor.
Esta festividad “nos invita a mirar a Jesús que, subiendo al Cielo,
confía a los apóstoles el mandato de llevar su mensaje de salvación a
todo el mundo (…). El Señor ha preparado un sitio para cada uno de
nosotros y nos espera. Que nuestros pensamientos y nuestras obras estén
dirigidos hacia la patria celeste”.
Estas fueron sus palabras en castellano:
"Queridos hermanos y hermanas:
Hoy quiero comenzar a tratar la
oración en las Cartas de San Pablo, que las inicia y termina siempre con
una plegaria, y que en su epistolario nos ha dejado una riquísima gama
de formas de orar. Para el Apóstol, la oración no es una obra buena
hecha a Dios, sino un don del Señor, la acción de su Espíritu en
nosotros. En el texto que hemos escuchado, Pablo canta al Espíritu,
manifestando cómo en la oración nos damos cuenta de nuestra pequeñez y
de la necesidad que tenemos de fiarnos y encomendarnos a Él. Así, el
Espíritu viene en ayuda de nuestra debilidad y nos trasforma. El
Espíritu del Hijo de Dios nos hace hijos y nos orienta hacia Él, para
que no seamos nosotros los que vivamos, sino que sea Cristo quien viva
en nosotros. La obra del Espíritu nos libera de la esclavitud del
pecado, nos une radicalmente a Cristo, incluso en la cruz, pues los
sufrimientos ya no pueden apartarnos de Él, y nuestros gemidos son un
canto de esperanza. Por último, nos abre al clamor de los hermanos, de
modo que nuestra intercesión exprese siempre el amor que Dios ha
derramado en nuestros corazones.
Saludo cordialmente a los grupos de
lengua española, en particular al de la Institución Teresiana, en el
centenario de su fundación y fiel servicio a la Iglesia, así como a los
provenientes de España, México, Costa Rica, Guatemala, Argentina y otros
países latinoamericanos. Invito a todos a pedir al Señor, que su
Espíritu sea nuestra fuerza para afrontar las pruebas con la esperanza
de estar radicados en Dios. Muchas gracias".
La Audiencia General concluyó con el canto del Pater Noster y la Bendición Apostólica impartida por S.S. Benedicto XVI.
Al final de la Audiencia,el Santo Padre recibió en el Palacio Apostólico Vaticano al Obispo Gerhard Ludwig Müller, de Ratisbona (República Federal de Alemania). Así mismo hoy la Oficina de Prensa de la Santa Sede publicó el Mensaje que el Papa ha enviado al Presidente de la Conferencia Episcopal Alemana, Monseñor Robert Zollitsch, Arzobispo de Freiburg im Breisgau, y a los participantes en la 98ma edición del "Deutscher Katholikentag", que se llevará a cabo del 16 al 20 de Mayo de 2012 en Mannheim sobre el tema: "Osare un nuovo inizio".