miércoles, 23 de octubre de 2013

Audiencia General del Pontífice: “María, modelo de la Iglesia que lleva a Jesús”


CIUDAD DEL VATICANO, 23 Octubre 2013 (VIS).- María como modelo de la Iglesia “en el orden de la fe, de la caridad y de la unión perfecta con Cristo”, según la definición del Concilio Vaticano II, ha sido el tema de la catequesis del Papa FRANCISCO durante la Audiencia General de los miércoles que ha tenido lugar a las 10.30 horas en la Plaza de San Pedro y a la que han asistido alrededor de noventa mil personas.


María es modelo de fe, no sólo porque como hebrea esperaba de todo corazón la redención de su pueblo, sino también porque con el “sí” que pronuncia en la Anunciación se adhiere al proyecto de Dios “y desde ese momento su fe recibe una nueva luz : se centra en Jesús... La fe de María es el cumplimiento de la fe de Israel y en este sentido es el modelo de la fe de la Iglesia, que está centrada en Cristo , la encarnación del amor infinito de Dios”.


La madre de Cristo vive esta fe “en la sencillez de las mil ocupaciones y preocupaciones cotidianas; esa existencia normal fue el terreno donde se desarrolló una relación única y un diálogo profundo entre ella y Dios, entre ella y su hijo . El "sí " de María, ya perfecto desde el principio, creció hasta la hora de la Cruz. Allí, su maternidad se dilató, abrazando a cada uno de nosotros... para llevarnos a su Hijo. María vivió siempre inmersa en el misterio de Dios hecho hombre , como su primera y perfecta discípula, meditando cada cosa en su corazón a la luz del Espíritu Santo , para entender y poner en práctica toda la voluntad de Dios”.


Para explicar el segundo aspecto, María, modelo de caridad, el Papa utilizó el relato evangélico de la visita a Isabel, su prima. “Visitándola -dijo- María no le dio sólo ayuda material -que es importante - también le llevó a Jesús, que ya vivía en su seno. Llevar a Jesús a aquella casa significaba llevar la alegría, la alegría plena.... la que procede de Jesús y el Espíritu Santo, y se expresa en la caridad gratuita, en el compartir, ayudarse, comprenderse... María quiere darnos, también a nosotros, ese gran regalo que es Jesús: y con Él su amor, su paz, su alegría. Así hace la Iglesia: es como María, no es un negocio, no es una organización humanitaria, no es una NGO, pero tiene el mandato de llevar a todos a Cristo y su Evangelio; no se lleva a sí misma, pequeña, grande, fuerte o débil lleva a Jesús. Y tiene que ser como María cuando fue a visitar a Isabel. ¿Que le llevaba María? A Jesús. La Iglesia lleva a Jesús: este es el centro de la Iglesia: llevar a Jesús. Si, por hipótesis, alguna vez sucediera que la Iglesia no llevase a Jesús, sería una Iglesia muerta. La Iglesia tiene que llevar la caridad de Jesús, el amor de Jesús”.


María es también modelo de unión con Cristo. “La vida de la Virgen santa -ha concluido el Santo Padre- era la vida de una mujer de su pueblo, rezaba, trabajaba, iba a la sinagoga ... Pero llevaba a cabo cada acción en perfecta unión con Jesús. Esa unión alcanza su culmen en el Calvario : aquí María se une a su Hijo en el martirio del corazón y en la ofrenda de la vida al Padre para la salvación de la humanidad. Nuestra Señora hizo suyo el dolor del Hijo y aceptó con él la voluntad del Padre , en la obediencia que da fruto, que da la verdadera victoria sobre el mal y la muerte”.


Posteriormente saludó a los fieles en francés, inglés, alemán, español, portugués, polaco y árabe.

Estas fueron sus palabras en castellano:


Queridos hermanos y hermanas:


En la catequesis de hoy, y siguiendo el Concilio Vaticano II, quiero reflexionar sobre María como modelo «de la Iglesia en el orden de la fe, de la caridad y de la unión perfecta con Cristo». Ella es modelo de fe, no sólo porque como hebrea esperaba al redentor, y con su sí se adhiere al proyecto de Dios, sino porque desde ese momento su vida se centra en Jesús. Además lo hace desde la cotidianeidad de una mujer humilde que, sin embargo, vive inmersa en el misterio, y su sí, ya perfecto desde el inicio, crece hasta la cruz, en la que su maternidad abraza a todos. Y es modelo de caridad, como vemos en la Visitación, pues ella no sólo ayuda a su prima, sino que le lleva a Cristo, la perfecta alegría que viene del Espíritu y se manifiesta en un amor oblativo. Es modelo también de unión con Cristo, sea en su tarea cotidiana, sea en el camino de la cruz, hasta unirse a Él en el martirio del corazón. Y ahora preguntémonos: ¿cómo nos interpela la figura de María? ¿la vemos lejana? ¿acudimos a ella en la prueba? ¿somos capaces, como ella, de amar dándonos totalmente? ¿nos sentimos unidos a Jesús, según su ejemplo, en una relación constante o sólo nos acordamos de Él en la necesidad?


Saludo a los peregrinos de lengua española, en particular a los grupos provenientes de España, Argentina, Costa Rica, México, Panamá, Venezuela, Paraguay, Chile y los demás países latinoamericanos. Invito a todos a pedir al Señor su gracia, de modo que amemos cada vez más a María, Madre de la Iglesia. Gracias”.


La Audiencia General concluyó con el canto del Pater Noster y la Bendición Apostólica impartida por el Santo Padre FRANCISCO.